Las mismas fuentes indicaron que la Axencia Galega de Infraestruturas comenzó esta semana la adecuación de la zona del aparcamiento de la margen izquierda, con su zona de circulación de personas por detrás, a modo de senda, para evitar que caminen por la calzada en una longitud de 350 metros. Por su parte, en la margen derecha se bajó la barrera metálica en dos puntos y se acometieron bajadas tendidas cara la pasarela para facilitar el tránsito seguro y cómodo de los visitantes a las termas de las riberas del río Miño y que son uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad.
El proyecto también contempla la mejora de la señalización horizontal, el balizamiento y la reposición de alguna defensa metálica que se encontraba deteriorada por el paso del tiempo. En este entorno, el mantenimiento de la pasarela peatonal también es una asignatura pendiente para las administraciones.