Desánimo, ¿por qué?

Venancio Salcines
Venancio Salcines DIRECTOR GENERAL DEL CESUGA

OURENSE CIUDAD

21 jul 2019 . Actualizado a las 05:06 h.

Alguien dijo que el desánimo no es la ausencia de adecuación, sino la ausencia de coraje y quizás sea cierto. Cada vez son más intensos los cantos de precaución. La cautela se aplaude y el emprendimiento pronto se observa como aventura. Los barómetros ya hablan de una desaceleración y los economistas empiezan a creérselo. O cogemos aire y respiramos o vamos directos a una profecía autocumplida. Las cosas irán mal porque creemos que irán mal. ¡Qué triste! Y uno, el que escribe, que lleva tatuada la crisis en la piel con la misma profundidad que sus padres el hambre de la guerra, afirma de este barco me bajo. Las cohortes del desánimo nunca encontrarán en mí a uno de sus legionarios.

Afirmar que España se va a desacelerar, hoy vende. Decir lo mismo de Galicia, también. Si uno se sube a ese carro ningún colega lo va a cuestionar, si elige el camino contrario, ya veremos. Así que si me acompaña en las siguientes líneas verá cómo Galicia, como mínimo, no va mal, ni tiene variables que indiquen que puede ir a peor. Claro que hay criterio para afirmar, técnicamente, que caminamos hacia una desaceleración, pero también es cierto que puede verse como un aterrizaje suave en una senda de crecimiento sostenible. En todo caso, llamaré a los actores para que le hablen y después usted opina.

El epicentro de nuestra crisis fue en el 2013. En el mes de junio de ese año cotizaban a la Seguridad Social en el Régimen General en A Coruña 296.521 personas; hoy son 47.442 más. Esto supone un incremento de un 16 %. En Lugo eran 75.551; en la actualidad son 9.523 más. Incremento del 13 %. En Pontevedra, 231.755, hoy son 42.636 más. Mejora de 18,4 %. Por último, en Ourense, 71.699, hoy 6.814 más. Avance del 9,5 %. Aquí sí tenemos un gran problema, esencialmente demográfico.

Ya sé que alguno dirá, ‘este está trabajando para Feijoo’, usando a su favor el crecimiento de la recuperación. No, con estos datos describo la tendencia, veamos ahora los interanuales. Es decir, observemos nuestra tasa actual de creación de cotizantes en el Régimen General de junio del 18 al 19: A Coruña un 3,17 %; Lugo, un 3,05 %; Pontevedra, el 2,84 %; y Ourense, un 1,28 %. Estos datos muestran que estamos creciendo a tasas iguales o muy cercanas a la media nacional, y todo esto sin contar con la bomba de oxígeno que supone el turismo del Mediterráneo. ¿Le sorprende? Lo entiendo. En Galicia va muy mal el empleo autónomo. Se cae por dos vías, las dificultades naturales que nuestras administraciones les imponen a nuestros emprendedores y el envejecimiento de ese colectivo. Dicho esto, a excepción de Ourense, el Régimen General va sorprendentemente bien.

Ahora veamos el estado de los motores de nuestra demanda. El gasto en consumo final de nuestros hogares en el último trimestre creció un 3,4 %; en España, un 1,4 %. El esfuerzo inversor un 6,9 %, en España, un 4,7 %. Si observamos la construcción, que mueve ya el 6,9 % de nuestra producción autonómica, nos mostrará un crecimiento del 10 %; y la industria manufacturera, que pesa un 14,2 %, crece al 4,7 %. Y todo esto sin contar con el peso de las administraciones públicas, que vuelven a ser agentes dinamizadores de la economía: su peso asciende a un 16,8 % y crecen a un ritmo del 4,1 %.

Galicia tiene muchos problemas, bastantes, de algunos ya hablamos y de otros hablaremos, en algunos casos espero ver cambios y en otros ya tiro la toalla por la ventana, pero lo que no tiene, en estos momentos, son mimbres para una recesión, ni siquiera para un crecimiento de bajo perfil, salvo que nos creamos que la crisis puede ser una realidad. En ese caso, ya le aseguro que la profecía se cumplirá.