Los empresarios de Ourense, a la caza de los mercados emergentes

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La CEO celebró una jornada de negocios por videoconferencia

05 jul 2019 . Actualizado a las 11:11 h.

China, Rusia o los Estados Unidos. Son varios de los países a cuyas puertas de entrada aspiran a llamar diversas empresas del sector agroalimentario que este jueves, en la sede de la Confederación de Empresarios de Ourense, celebraron una jornada de negocios ideada para facilitar su desembarco en estos mercados. El acto tuvo mucho de hermanamiento, porque dos de los coordinadores de la charla fueron portugueses: Juliana Teixeira y Flávio Ferreira, consultores de internacionalización oriundos del país vecino, ejercieron de enlace y traductores para intermediar con compradores de Singapur, Polonia y Estados Unidos.

La particularidad del evento fue que este encuentro se realizó a través de videoconferencia. Y en parte, era una metáfora de lo que buscaban ambas partes: dejar a un lado las fronteras y agilizar trámites en pos de oportunidades comunes. Esta sesión de tutorización, la primera de varias, sirvió para que alguno de los asistentes calibrase la viabilidad de intentar adentrarse en mercados aún por explotar.

Como presumiblemente hacían los exploradores del siglo XVI, algunos escuchaban atentamente al interlocutor de Singapur, Kenneth Tan, que valoraba a «Tailandia, Camboya y Vietnam» como tres países apetecibles en lo referente a exportaciones enfocadas al sector hotelero y la restauración. Tan, de apellido chino, enfatizó precisamente en el carácter multiétnico de su país para explicar por qué es un buen punto de llegada al continente asiático. «Y deben sortearse los hándicaps de puertos y aduanas en la recepción de mercancías -añadió-, por lo que conviene tener los productos listos para exportar». Y en este sentido, también apuntaron que, en algunos casos, la gastronomía francesa e italiana parten con ventaja en estos mercados, que iniciaron la distribución y puesta en conocimiento de sus vinos, conservas y embutidos tiempo atrás.

En parte por esto, empresas ourensanas que producen aceite de oliva y también vitivinícolas preguntaron sobre la idoneidad de enfocar sus ventas a productos gurmet, pero no hay una hoja de ruta común para destinos como China o Estados Unidos, otro de los países que concentró la atención de los asistentes. Y ahí, Teixeira, a modo de consejo, quiso poner el ejemplo de una multinacional sueca que en los 80 se asentó en Japón: «Para que la apuesta salga bien, hay que entender las realidades locales, sobre todo las culturales».

El 15 % de las operaciones de compra y venta en el Sudeste de Asia son electrónicas

Teixeira y Ferreira aludieron en varias ocasiones al papel que juega el gigante del comercio electrónico Alibaba en todo este proceso. La empresa de Jack Ma se intuye como un pilar fundamental para las pequeñas y medianas empresas que tengan en mente lanzarse a por el mercado asiático, y durante la jornada que celebró la CEO se aludió también a esta cuestión. En países del sudeste continental como Camboya, Laos, Malasia, Vietnam o Tailandia, la compra y venta de mercancías por Internet ya supone en torno a un 15 % de las transacciones efectuadas. Así lo estimó Kenneth Tan durante su charla con los empresarios presentes en la cita.

Además, esta vía podría suponer un aliciente para exportadores a menor escala y que pongan en valor el producto regional, otro de los puntos a los que se hizo mención tras la primera videoconferencia. Por ejemplo, para crear un sello o una diferenciación ante el consumidor. «Ahora también se valora el componente étnico de algunos productos, y ya no tanto el de los países», contaba Juliana Teixeira. Así que, sobre el papel, eso también supondría cambios en la presentación en los puntos de venta.

Porque ningún detalle parece menor cuando se trata de asomar la cabeza a mercados en crecimiento. Como por ejemplo, el hecho de poner las etiquetas correctamente y haciendo uso, a ser posible, de traducciones correctas. En este sentido, Juliana y Flávio explicaron el ejemplo de China, donde el cliente valora que en el producto figure la etiqueta en el idioma autóctono, pero también la del país exportador en el original, por cuestiones de confianza.