«Queremos generar saltos y piel de gallina durante el concierto»

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Jesus Romero

Izal actuará en Ourense este viernes a las 22.00 horas con su gira «Autoterapia»

26 jun 2019 . Actualizado a las 08:22 h.

Mikel Izal es la voz y las entrañas de El Pozo, Pausa o Bill Murray, canciones incluidas en Autoterapia, el nuevo trabajo del grupo al que da nombre, Izal. Por supuesto, también canta las metáforas escondidas en La mujer de verde, Pánico Práctico o Pequeña gran revolución. Las canta todas, porque como bien afirma «esto es lo que sé hacer». No está solo, la banda la completan cuatro músicos más: Alejandro Jordá a la batería, Emanuel Pérez, Gato, al bajo, Alberto Pérez con la guitarra e Iván Mella a las teclas. Juntos tienen cinco discos a sus espaldas, unos cuantos cientos de conciertos y mucha música, de la que ahonda en la herida y remueve la sangre, de la que te obliga a derramar cerveza y a ponerte a cantar. Por primera vez, Izal actúa en Ourense con la excusa de presentar su nuevo disco. Enmarcado dentro de las fiestas de la ciudad, el concierto será este viernes, a las 22.00 horas en la explanada de Expourense.

-¿Cómo se presenta esta primera vez en Ourense?

-En medio de una vorágine milagrosa, por lo difícil que es conseguir algo como lo que estamos disfrutando ahora mismo. Son noches increíbles y esperamos que la del viernes también lo sea.

-Ourense es una ciudad con un gran número de bandas emergentes, ¿qué les diría a todos esos grupos jóvenes que quieren llegar a su lugar?

-Nosotros llevamos diez años tocando en los que los últimos cuatro han sido maravillosos, pero hubo seis anteriores en los que estuvimos dando tumbos por un montón de sitios, en los que nadie hablaba de nosotros y esos son nuestros comienzos, seguramente similares a los de estas bandas. El mensaje para los grupos ourensanos es que sepan que tuvimos esos cinco o seis años en la sombra, que pudimos haber tirado la toalla en cualquier momento y que hubo muchos momentos en los que palmamos pasta, pero aguantamos. Decirles que sigan adelante y, por supuesto, tocando en todas partes. No hay cosa que provoque más crecimiento exponencial que el boca a boca, al menos en nuestro caso, así que que dejen que la gente les vea tocar.

-¿Qué vamos a ver en el concierto de este viernes?

-Nuestra filosofía en los conciertos es que la emoción manda. Nosotros seguimos siendo autogestionados, no tenemos discográfica, y eso hace que tengamos que pagarlo todo. Esta vez, con Autoterapia tuvimos claro desde un principio que queríamos invertir todo lo que el público nos está dando en hacer un show a la altura. A nivel visual y a nivel escenográfico el concierto está en un punto que no habíamos alcanzado anteriormente. Y todo ello viste a la música que hacemos y, por supuesto, también emociona. Nos hemos metido en una aventura narrativa por lo que este concierto tiene un hilo argumental, una minihistorieta, y todo está dirigido a que el espectador se emocione. Queremos generar saltos y piel de gallina, que haya muchos momentos de contraste

-¿Qué es «Autoterapia»?

-Es darle vueltas a la búsqueda de la felicidad. Esa sería la sinopsis. De todas formas, creo que esta puede ser la base de todo mi trabajo compositivo, en general. Lo que pasa es que creo que esta vez, más que nunca, está escrito en primera persona del singular por lo que me evado de las generalidades para centrarme en algo mucho más íntimo.

-¿Ha encontrado esa felicidad?

-Yo nunca voy a encontrar nada de lo que busque porque soy un inconformista nato. Algo que es un buen motor a la hora de ponerte a buscar, pero es un problema porque nunca sientes que llegas. En este caso, quizás ya partimos del error de hablar de la felicidad como un estado, algo que no existe. Creo que la felicidad son micromomentos y saber aprovecharlos. La historia está en aprender a darte cuenta y a valorar cuando tienes un minuto de felicidad, una hora... una buena película o un buen polvo, sin pretender llegar a alcanzar un estado constante.

-¿Cómo fue componer el disco?

-Pues el disco lo escribí, casi en su mayoría, durante la gira de Copacabana. Para componer necesito estar bien, si estoy triste no me apetece ni coger la guitarra, soy atípico. Fueron unos meses con muy buen estado de ánimo y este fue el resultado. Hay canciones en el disco que son menos luminosas, por decirlo de alguna manera, que otras, que no son para ponerse a bailar; pero incluso para ponerme nostálgico necesito estar feliz. Tengo que superar el trauma para hablar de él.

-¿Cuál cree que es la siguiente locura para Izal?

-Ahora mismo México. Acabamos de volver de allí y nos encantaría llenar un estadio, a modo utópico. Tiene que ser una fiesta tremenda.