«El hecho de emprender siempre supone un riesgo muy elevado»

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Tras trece años trabajando como empleada, la esteticista abrió su negocio en abril

17 jun 2019 . Actualizado a las 08:22 h.

Leticia Lorenzo nació en 1983 en Ourense. Tal y como ella misma afirma: «Soy de Quins (Melón), he vivido allí toda mi vida y mi familia también. Pero el hospital está en la ciudad y por eso nací aquí». Estudió varios ciclos de Peluquería y también de Estética y tras más de trece años trabajando como empleada en distintas peluquerías de Ourense, Ribadavia y Avión, en el 2018 decidió sacar adelante su propio negocio. Amarna, el establecimiento que regenta y en la que trabaja cada día, abrió sus puertas el pasado 29 de abril.

-¿Qué es lo que la llevó a abrir su propia peluquería?

-Creo que el hecho de emprender siempre supone un riesgo muy elevado, en mi caso superé esos miedos porque tenía la necesidad de sentirme libre a la hora de trabajar. Estuve como empleada en otras peluquerías y, en muchas ocasiones, me sentía frustrada de no poder llevar a cabo el trabajo como a mí me gustaría, algo que suponía un nivel de estrés y de ansiedad en mi vida. Por ello, decidí dar el paso y abrir Amarna. Ahora puedo darle vida a mis propias ideas cada día y soy dueña exclusiva de mis horas y de mi trabajo.

-¿Cuánto tiempo tardó en poner en marcha el negocio?

-Fue un proceso largo, sobre todo para tomar la decisión de independizarme, precisamente por el riesgo que hay que asumir. Tardé un año y medio en decidir que quería tener mi propio negocio y en lanzarme a llevarlo a cabo, con toda la responsabilidad que ello supone. Una vez llegados a ese punto, encontrar el local adecuado y poner en marcha la peluquería, me llevó dos meses.

-¿Qué hay que tener en cuenta para la elección del local?

-Pues fue difícil encontrar el adecuado, la verdad. Yo quería algo no muy grande, pero que sí me permitiese tener distintos espacios acondicionados para lavar el pelo, para maquillar, para tratar el color... además de que quería también tener una zona para mí. Al final esta es como mi segunda casa, si no más, así que me parecía fundamental tener una zona reservada para poder comer, almacenar y demás. En el proceso de búsqueda tuve que descartar algunos locales y volver a empezar, pero, finalmente, mereció la pena. Creo que cuando se trata de emprender, hay que tomarse el tiempo necesario para que las cosas queden a tu gusto, ni más ni menos, pero como tú las quieres.

-¿Cuáles son sus motivaciones a la hora de sacar el negocio adelante?

-Creo que la llave del éxito en mi profesión no existe. Yo trabajo con muchas ganas, soy muy perfeccionista y exigente con los resultados de cada tratamiento, tinte o corte de pelo. De hecho si la clienta no está satisfecha, se modifica o se repite el proceso hasta que lo esté. En peluquería, una gran parte de nuestra labor, es comprender lo que el cliente se imagina y quiere para su pelo, y también saber anticiparnos y darle la opción que más vaya con su personalidad. Creo que el asesoramiento es fundamental, por eso es algo que cuido mucho diariamente.

-¿Como emprendedora cuál es el siguiente paso que le gustaría dar?

-De momento, me dedico en cuerpo y alma a la peluquería y al servicio de uñas, ni me planteo abrir más. Pero sí que en un futuro cercano me gustaría poder aumentar los servicios que ofrezco con una cabina de estética en la que realizar tratamientos de depilación láser, entre otros. Por supuesto, otra de mis prioridades es ampliar el número de empleados, poco a poco crear un gran equipo de profesionales en los que confiar plenamente.