Estrenos, despedidas, algunos mítines y muchas pullas para cerrar un ciclo en el Concello de Ourense

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

CEDIDA

Jesús Vázquez , en el cierre: «Tocaranos a todos mellorar e entendernos no futuro»

03 may 2019 . Actualizado a las 21:33 h.

Las despedidas nunca son sencillas. Sobre todo si uno se ha pasado los últimos cuatro años lanzándose ataques que en muchas ocasiones sobrepasaron lo político para alcanzar lo personal. Por eso, el último pleno ordinario del mandato de la corporación del Concello de Ourense tuvo un extraño aroma a despedida. Curiosamente, la sesión comenzó con un estreno; el de María Belén Prada Ramos como concejala del grupo municipal socialista, en sustitución del que fuera portavoz José Ángel Vázquez Barquero tras su paso atrás en la política local.

En las cinco horas y media de debate de la última sesión del mandato hubo tiempo para todo. Por supuesto, para los enfrentamientos subidos de tono entre unos y otros. Quizás por efecto del último resultado electoral, la mayoría de los ataques del principal partido de la oposición (Democracia Ourensana) no tuvieron como diana el gobierno del Partido Popular, sino el grupo socialista. Gonzalo Pérez Jácome no dudó en calificar de «corruptos» a los socialistas a cuenta de la elaboración del plan de urbanismo que acaba de ser aprobado provisionalmente. Sus ataques a las sillas socialistas encontraron en esta ocasión la respuesta de Carmen Rodríguez Dacosta, que tiró de galones en la sesión e hizo las veces de portavoz improvisada. «Esta cidade ten que gobernala xente con coherencia e dignidade e el non a ten. Se somos corruptos porque quería gobernar co PSOE», le respondió Dacosta.

Pero, sobre todo, para lo que hubo tiempo en el último pleno del mandato fue para que los concejales realizaran pequeños mítines improvisados en busca de votos de cara a las municipales. Gonzalo Jácome, por ejemplo, consumió buena parte de sus intervenciones en lanzar vaticinios electorales que siempre le daban a él como ganador. El portavoz y candidato de Ourense en Común, Martiño Xosé Vázquez, aprovechaba para justificar ante su electorado el por qué del no de su partido a la moción de censura contra Jesús Vázquez: «Nós o tiñamos facilísimo, porque podiamos poñernos de perfil porque non eramos necesarios, pero por riba de todo queriamos que esta cidade tivese futuro». Hubo hasta quien se lanzó directamente a pedir el no voto para un partido. Fue el concejal de Urbanismo, José Jesús Cudeiro, quien le pidió a los ourensanos, con entonación San Ildefonso incluida, que no apoyaran a la «lotería negativa» de DO.

Pero volviendo al principio, lo más curioso del pleno fue el modo que escogieron los concejales para despedirse. Los hubo quienes tiraron de cortesías habituales en este tipo de trance, pero también quien tiró de ironía. Así, el concejal de Participación Cidadá, Carlos Campos, invitó al resto de ediles a que en la próxima sesión -no habrá ya ninguna más- le pidieran su dimisión «si quieren». Hubo quienes se emocionaron visiblemente en su despedida de la política municipal, como fue el caso de Belén Iglesias (PP) y Domingo Castro (DO) y quienes optaron por abstenerse en todas las votaciones al margen de la línea de su partido, como Laura Nóvoa (DO).

El alcalde, por su parte, aprovechó su última intervención para agradecer el trabajo en «positivo» e invitó a los que continuarán en la lucha política a tomar nota: «Tocaranos a todos mellorar e entendernos no futuro».

Hasta hubo tiempo de algún desliz lingüístico, como el de la concejala socialista Juana Ageitos, quien en plena refriega por la escasez de efectivos en el parque de extinción de incendios, aseguró: «El cuerpo de bomberos se está desmadrando (...) perdón desmembrando».