Ourense estrena catedráticos

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

El 8M dos docentes consiguieron el puesto de mayor rango académico en la universidad

12 mar 2019 . Actualizado a las 14:39 h.

El de catedrático es el cargo más alto que se puede alcanzar en España -sin contar con los puestos políticos de libre designación-. Sin embargo, desde el 2012 el número de personas que han podido presentarse para lograrlo se vio reducido exponencialmente por las restricciones económicas impuestas a los organismos públicos por la imposición de la tasa de reposición del 10 %. Esto se traduce en que de cada cien profesores y personal universitario que se jubilaba tan solo se podía promocionar (ascender a otra categoría) a diez personas.

Este año son seis los docentes -todos ellos profesores doctores- que conseguirán el rango más alto de la institución académica. Los últimos en lograrlo, el reciente 8 de marzo, fueron María Lameiras (Facultad de Ciencias de la Educación) y Pablo Bonorino (Facultad de Derecho).

La fecha (Día Internacional de la Mujer) cobra especial relevancia teniendo en cuenta la trayectoria profesional de ambos docentes. Como vicerrectora, María Lameiras (Ourense, 1964) impulsó la igualdad no solo en el contenido, sino en la forma del campus de Ourense durante los años que ocupó el cargo (2010-2014). Es la responsable de que diferentes espacios del campus fueran bautizados con nombres de mujeres relevantes: el salón de actos Marie Curie, la biblioteca Rosalía de Castro o las salas de Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán.

MIGUEL VILLAR

Ella trabaja e investiga la sexualidad desde una perspectiva de género. «En España soy la primera mujer que tiene este perfil, solo hay otros dos hombres que tengan la cátedra de Sexualidad y Salud», destaca después de recordar que en nuestro país el 80 % de los catedráticos son hombres. «Hay muy pocas personas especializadas en sexología dando clase en las universidades, por tanto tenemos muy mal formados a los profesionales de la Educación para que puedan transmitir en igualdad real los contenidos».

El 8M, en el campus de Ourense, había cuatro catedráticas haciendo catedrática a otra mujer con un perfil sobre sexualidad con perspectiva de género. «Nos sentimos especialmente emocionadas por poder reivindicar que la igualdad todavía no es práctica, aunque la ley la recoja como imprescindible», profundiza Lameiras. «No hace falta escarbar mucho para comprobar que los techos, las paredes y los trampolines siguen siendo de cristal para nosotras. Parece que podemos atravesarlos con naturalidad, pero no es así. Hay estudios que demuestran que los hombres, con menos currículo que las mujeres, tienen puestos de mayor responsabilidad», incide la docente.

Pablo Bonorino (Mar del Plata, 1967) también se presentó a la plaza de catedrático el viernes. «Como proyecto de investigación expliqué el que esperamos que nos financien a final de año sobre las dimensiones ideológicas en las decisiones judiciales, teniendo en cuenta aspectos como las cuestiones de género. La visión de perspectiva de género es un reclamo evidente y es necesario estudiar hasta qué punto un juez puede ceder a las presiones feministas o si las leyes cierran el espacio al magistrado y es injusto reclamarle a él cuando las normas no lo permiten. Nuestra legislación tiene déficits en los que a los derechos de la mujer se refiere», destaca el investigador que lleva más de quince años trabajando en la Universidad de Vigo.

La cátedra de Bonorino (Filosofía del Derecho) no existía en la entidad académica hasta este año. «La verdad es que es un campus relativamente joven, pero me complace mucho ser el primero en conseguirla», afirma al respecto.

Empezó dando clases en Argentina, en el año 1990, pero se mudó a España y aquí encontró su hueco como docente en la Universidad de Vigo en el año 2002. «Elegí estudiar Derecho teniendo en cuenta las opciones que había en la ciudad en la que yo vivía porque mis padres no podían permitirse mantenerme. Dudé si matricularme en Humanidades, pero me decanté finalmente por el Derecho. Y antes de terminar la carrera ya sabía que lo que me gustaba era la Filosofía del Derecho. Aunque trabajé un tiempo en el poder judicial de Argentina, pese a que al venirme tuve que renunciar a los cargos que ocupaba», remata sobre su vocación.