Acusan a dos exsocios del Xesteira de una doble contabilidad en el negocio

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Una parte de la sociedad los culpa de ocultar beneficios ayudados por otras tres personas

06 mar 2019 . Actualizado a las 08:08 h.

Durante seis décadas fue el cine más grande de la capital ourensana. El Coliseo Xesteira, antaño punto de encuentro de los ourensanos y la última gran sala en cerrar sus puertas en la ciudad de As Burgas -eso ocurría en diciembre del 2000-, es hoy un enorme local cerrado y abandonado tras el fracaso de los negocios de hostelería que trataron de recuperarlo a partir del 2005.

Pero de aquellos proyectos frustrados siguen colgando algunos flecos, derivados de los conflictos que surgieron entre los socios que compartieron la última aventura empresarial del Xesteira, un restaurante de comida asiática que cerró en mayo del 2014. Uno de ellos centrará un juicio que comenzará el próximo martes, 12 de marzo, en el Juzgado de lo Penal número 2 de la capital ourensana. En el banquillo de los acusados se sentarán dos exsocios chinos de la firma Xesteira Chang Euforia, una empleada y dos economistas, a los que la otra parte de la sociedad, Valor Acumulado y el empresario local José María R. L., acusan de haber cometido delitos de falsedad en documento mercantil y contra la hacienda pública, ante la sospecha de que llevaron una doble contabilidad del negocio para ocultarles beneficios.

Aunque el Ministerio Fiscal no ha formulado escrito de acusación por este asunto, interesando el sobreseimiento por considerar que «los conflictos existentes entre las partes se deben dilucidar en el ámbito del correspondiente al procedimiento mercantil», la acusación particular reclama penas de más de cinco años de prisión para Haimaio C. y Shengsheng C., socios de la mercantil, así como para Ping C., encargada de los cobros. Extiende la responsabilidad penal esta parte sobre Manuela R. A. y Jorge V. G., dueños de una gestoría.

Entre todos habrían, presuntamente, tramado un plan para llevar una contabilidad B, valiéndose de un programa informático, de idioma chino, «que únicamente facturaba el 55 % de los tiques facturados en el día, llevando dos contabilidades distintas, denominadas A y B por sus propios autores». Así lo recoge el escrito de acusación, que sostiene que como consecuencia de esta manera de proceder se simuló una situación económica con ingresos inferiores a los reales, referidos a los ejercicios económicos del 2011, 2012 y 2013. En el caso del primer año, y según un informe de la UDEV que consta en autos, «las ventas realizadas en barra y en comedor, según los tiques localizados, ascienden en los meses de noviembre y diciembre a 117.329 euros, sin embargo en la declaración del impuesto sobre sociedades presentada por la sociedad, la facturación declarada ascendió a 92.179».

Explica el informe que ese ardid se mantuvo dos años más y se extendió también al capítulo de personal. Así, presuntamente se contrataba a los empleados por cuatro horas, cuando realmente trabajaban ocho, por lo que estos, a la hora de cobrar, percibirían también una parte de su sueldo «en negro». «Con la llevanza de dos contabilidades se ocultaba, alteraba y simulaba la verdadera situación económica financiera de Xesteira Chang Euforia», asegura el escrito de acusación, que considera en base a informes policiales que las cantidades facturadas en B ascendieron a 311.290 euros, que habrían sido incorporados al patrimonio de los acusados Haimao, Ping y Shengsheng, ocasionando a Valor Acumulado, que poseía el 33 % de la sociedad, un perjuicio de 51.143 euros, que ahora reclama.

La acusación ve también dos delitos contra la hacienda pública, uno derivado de una modificación del capital realizado en la sociedad y otro de la existencia, por ahora presunta, de tiques falsos.

Las partes ya se enfrentaron en los tribunales anteriormente

El juicio que se celebrará la próxima semana en el Juzgado de lo Penal 2 de Ourense, que ha reservado cuatro días para las vistas, no es el primero en el que se enfrentan los que un día fueron socios de un mismo negocio. El cierre del local, en mayo del 2014, propició desencuentros que han motivado ya pleitos penales.

Así, el empresario que ahora ejerce la acusación particular en este asunto, José María R. L. fue denunciado por los daños registrados en el establecimiento, que habían sido valorados en 290.000 euros. En esa causa era parte el Ministerio Fiscal, pero también se personaron como acusación particular los dos socios chinos a los que ahora acusa el antaño denunciado.

Ha habido, pues, imputaciones recíprocas, todas con origen en el mismo negocio de comida asiática ubicado en el emblemático cine, que centraron también otro procedimiento judicial en el que el empresario acusó a sus exsocios chinos de la desaparición del mobiliario. El pasado diciembre estas dos personas fueron absueltas en una sentencia dictada, precisamente, por el mismo juzgado penal que volverá a tenerlos como acusados la próxima semana. La jueza no halló pruebas de que el denunciante fuera el dueño de las mesas y sillas cuestionadas, ni que se las hubiera cedido a los acusados.