Boccia, el deporte que rompe las barreras y normaliza al diferente

Emma araújo SANTIAGO / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

SANDRA ALONSO

Cuatro personas de la asociación Aixiña, con discapacidad motora, mostraron su dominio de una disciplina de la Grecia Clásica

17 feb 2019 . Actualizado a las 10:00 h.

«La única discapacidad es una mala actitud», afirma María Paz Couto, profesora de Educación Física del colegio Antonio Orza, que desde hace dos años organiza en el centro distintas actividades para que los más jóvenes tomen conciencia de que las personas diferentes no lo son tanto, o que en realidad se distinguen del resto por su capacidad para superar retos que no resultan precisamente sencillos.

En esta ocasión, el centro contó con la ayuda de Aixiña, una asociación sin ánimo de lucro de Ourense que desde el año 1991 trabaja para la normalización social de las personas con discapacidad. Conseguirlo con el deporte es una de las apuestas de este colectivo, que el viernes desplazó a cuatro jugadores de boccia, una disciplina muy similar a la petanca que tiene sus raíces en la Grecia Clásica y que desde 1984 está reconocida como un deporte paralímpico en el que varios jugadores de Aixiña han cosechado importantes logros.

El alumnado de los últimos cursos del centro ya sabía lo que es ponerse en la piel de una persona invidente y practicar distintos deportes. También la complejidad que supone jugar al baloncesto en silla de ruedas. Esta semana probaron las dificultades de practicar boccia cuando tienes problemas severos de movilidad física o padeces una parálisis cerebral, por lo que la limitación de movimiento puede ser extrema y para la que hay herramientas homologadas. Patricia Raquel Méndez López fue una de las jugadoras que participó en la exhibición. «Lo único que queremos es que nos entendáis. ¿Vale?», les explica la joven, consciente de que su voz puede no resultar muy compresible por las consecuencias de su enfermedad. «¡¡¡¡Valeee!!!!», responden al unísono parte de los estudiantes de Boqueixón. Todos aplauden cuando la deportista los invita a echar una partida.

Ella y sus compañeros de faena viajaron a Boqueixón con varias personas que los apoyan en todo cuanto necesiten. Uno de ellos es Lalo Blanco, que defiende este tipo de actividades para que jóvenes como los alumnos del CPI Antonio Orza conozcan «unha realidade que sempre está presente, aínda que moita xente non a perciba» y a la que se enfrentan personas desde su nacimiento, o como consecuencia de un accidente o una enfermedad. Practicar un deporte adaptado a su físico, explica Blanco, les aporta «os mesmos valores que ao resto de deportistas: solidariedade, competición e amizade» y les ayuda a conseguir herramientas para, añade, «gozar dunha vida plena porque dá sensación de continuidade».