Los motivos

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

03 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pepe Araújo es un buen tipo. Y eso, en los tiempos que corren, es bastante. Afable, próximo, con capacidad de trabajo... Pero hasta la buena gente a veces derrapa. Y así se podría definir el movimiento del exportavoz del PP en el Concello de Ourense. No es una salida, ni un abandono. Es un derrape. Porque seguir permitiendo que un gobierno local deposite en ti la confianza cuando ya estás tonteando con otros es derrapar. Porque montarte un mitin a las puertas del Concello que lleva años siendo tu oficina solo unos minutos después de decir adiós es derrapar. Por que censurar los selfis (y esto lo uso como metáfora de toda la labor de gobierno) en los que tú también salías, es derrapar. Pepe Araújo tiene razón en muchas de las cosas que expuso como razones para dar un portazo. Pero al darlo, por sorpresa, casi con alevosía, la perdió un poco. El marasmo en el que está inmersa la ciudad es también responsabilidad suya. Ourense se quedó parada hace ya un par de años durante los que podía haber dado el golpe en la mesa, ya fuera quedándose o marchándose. Pero al hacerlo a unos meses de las elecciones y ya con otras pretensiones políticas da la sensación de que, más que dirigirse a la puerta de salida, va hacia una nueva versión de puerta giratoria. Si se le rompió el amor, hizo bien en poner punto y final. Pero no se puede dejar a una familia (y él en este caso tenía dos: el PP y los ciudadanos a los que se debía) compuesta (o descompuesta) y sin concejal.

Al margen de las siglas y las ideas de cada ourensano, el derrape nos deja una lección. La situación de la ciudad es insostenible. Los que creíamos que la inestabilidad de los últimos tiempos del PSOE en el Concello no podía tener réplica nos la hemos comido con patatas. En Ourense no se mueve nada. Pero lo malo es que los que tendrían que moverse por ella parece que solo lo hacen pensando en sí mismos. Hagan repaso. Miren quienes están detrás de las listas que nacen en Ourense como champiñones. Evalúen sus proyectos, sus aspiraciones y, sobre todo, sus motivos. ¿Hay alguien aquí pensando realmente en que la ciudad no puede permitirse otros cuatro años de colapso?