«No podemos tratar a los jóvenes como idiotas porque no lo son»

Edith Filgueira OURENSE

OURENSE CIUDAD

E. Filgueira

Las integrantes feministas de Towanda Rebels dieron una charla a los alumnos del instituto As Lagoas

01 feb 2019 . Actualizado a las 20:26 h.

«Esto no va de sexo, va de poder», le espeta Zua Méndez a un centenar de adolescentes que escuchan en silencio durante dos horas lo que las Towanda Rebels tienen que contarles. «Prestad atención a cómo lo que parece del ámbito privado, que tiene que ver con una decisión libre e individual, está condicionando la persona que vais a ser y cómo veis el mundo. Es como con la comida: si ya sabemos que hay cosas que nos hacen daño y decidimos ingerir otras menos perjudiciales, quizás también deberíamos cuestionarnos todo lo que consumimos. Incluido el porno», les plantea a los alumnos de primero de Bachillerato del instituto As Lagoas.

«Es una industria que mueve millones, solo nos quiere como consumidores y nos venden que van a hacer un producto más feminista, para que la otra mitad de la población también nos hagamos clientes. Esto va de dinero, no de libertad. Y cuanto más pasivos seamos, más perpetuarán su ámbito de influencia», añade su compañera Teresa Lozano.

En su intervención ahondaron en los estereotipos de género a través del mundo de la moda, el amor -romántico, tóxico y en todas sus vertientes-, el iceberg del machismo -desde la invisibilización de las mujeres en el mundo de la cultura al feminicidio-, la pornografía, la prostitución y términos como el feminismo. «Intentamos hacerlos pensar, que sospechen de todo lo que les han metido en la cabeza. Lo que les viene preestablecido. Hablamos de los modelos de masculinidad predominantes porque no solo afectan a las mujeres, sino también a muchos hombres que no se sienten representados ni cómodos con ellos», resume Teresa al terminar la única charla que darán para estudiantes en Ourense.

Poner de relieve el doble discurso y moralidad con los que convivimos a diario es el germen que plantan allá por donde pasan. Arrancándose todos los pelos de la lengua, pero sabiendo adaptarse a los espectadores que tienen delante, intentan transmitir que no todo vale. «Improvisamos en el buen sentido, porque depende de cómo vaya reaccionando el público. Pero ellos lo estaban entendiendo todo y no los podemos tratar como idiotas porque no son idiotas, son jóvenes. Lo contrario sería paternalista. Ellos ven porno y saben de qué les estás hablando», explica sobre cómo captan la atención de unos oyentes en plena revolución interna (hormonas en efervescencia) y externa (el feminismo por un lado y los mensajes machistas de la industria por el otro).

«En el instituto sí tiene que existir una figura de autoridad con sus profesores, basada siempre en la confianza y el respeto mútuo, pero no están acostumbrados a hablar de sexo porque no hay educación afectivo-sexual. Tratan el aparato reproductor pero el clítoris ni se menciona y cuando tocamos la sexualidad siempre los educamos desde el miedo. Cuidado que te puedes quedar embarazada. Cuidado que puedes contraer una enfermedad de transmisión sexual. Está bien porque es prevención, pero no se puede tratar el sexo desde el miedo y menos aún dejando que todo el peso recaiga sobre ellas. Los chicos también tienen que asumir su responsabilidad», atina Teresa sobre una de las puntos educativos que los expertos piden que se revisen y actualicen.

Con el turno abierto de preguntas suele aparecer la respuesta a por qué sigue siendo necesario el feminismo: «Al principio de la charla nos dijisteis que la mayoría de albañiles eran hombres. Obviamente a mí eso me parece normal, las capacidades biológicas de un hombre hacen que sea más fuerte, aunque también es verdad que podría haber más mujeres», afirmó Miguel desde su asiento y rodeado de sus amigos. Todo cambió cuando le pidieron que saliera de su zona de confort y se pusiera de pie junto a ellas e invitaron a una alumna que se sintiera fuerte a salir a la palestra:

-¿Crees que tú tienes más fuerza que ella?

-Pues no lo sé. Pero yo tampoco hablo de casos excepcionales. Es como cuando se dice que hay más agresiones de hombres a mujeres, porque las de mujeres a hombres son menos. Pues creo que esto es lo mismo y hay algunas mujeres que son igual de fuertes o más que un hombre.

-¿Sabéis que en culturas como la india son las mujeres las fuertes y las que cargan con los fardos más pesados?. Casi todo responde a un estigma social.

Y ya no hubo más preguntas -pese a que los profesores abandonaron el salón de actos para que los alumnos no se sintieran cohibidos y planteasen sus inquietudes sin tapujos-. La charla se extendió y el recreo fue ayer un espacio para quedarse hablando con las Towanda Rebels, enterrando falsas creencias y asimilando que «4 de cada 10 hombres se van de putas y los otros 6 no hacen nada al respecto».