«Llevamos tiempo viendo que la atención primaria no se valora»

eva millán A CORUÑA / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Mercedes Hernández es la promotora del programa Salubrízate Y defiende la importancia de los médicos de familia en el sistema sanitario

09 ene 2019 . Actualizado a las 08:14 h.

Mercedes Hernández es la promotora del programa Salubrízate, dirigido principalmente a los mayores con el objetivo de que no solo vivan más años sino con mejor calidad de vida.

-¿Cómo explicaría qué es «Salubrízate»?

-Es mucho más que un programa. Es darle una vuelta y no solo hablar de salud en las consultas sino estar con los pacientes en la calle, acompañarlos y ayudarles a envejecer de una forma activa. En una zona como Ourense es especialmente importante. No se trata de eliminar las consultas, sino de tener en cuenta que hay una parte de la salud que no se cura con pastillas ni explicando a los pacientes. En este momento en el que la atención primaria está en pie de guerra es importante saber que tenemos profesionales que se cargan el sistema a sus espaldas, que van más allá de hacer consultas y extender recetas. Una pequeña parte está en los medicamentos pero el resto en nosotros, en el conocimiento que tengamos, lo que podamos transmitir y en explorar. Algo tan sencillo como tocar y escuchar a las personas.

-El programa es el resultado de muchos años de trabajo.

-Son años de estudio, de trabajo y de investigación. Y a veces tiene que pasar algo en la vida para que pienses que ya vale de estudiar y que llegó el momento de aplicarlo al día a día, aunque siga investigando.

-Usted asegura que ser médico de familia es lo que más le llena.

-Soy médico de familia por vocación y lo seguiré siendo siempre. No me gustaría ser endocrina, aunque vea a diabéticos, no me gustaría ser geriatra aunque vea a mayores.... A mí me gusta ver a la familia completa y, además, en el lugar en el que viven, en su medio. Puede ser el más pobre del mundo pero es su hogar. O el más rico, pero convertido en una jaula de cristal. Eso es lo que me enriquece cada día en mi trabajo.

-¿Cómo vive la rebelión de los médicos de familia contra la situación de la atención primaria?

-Con un duelo enorme. Es algo que se veía venir. Llevamos tiempo viendo que la atención primaria no se valora, a ningún nivel. Y, sin embargo, todos lo hemos ido supliendo con el trabajo del día a día. Que personas que han dirigido la atención primaria en los centros de salud desde hace muchos años se planten han sido un bofetón. Pero es un orgullo que esta gente con una jubilación próxima no esté dispuesta abandonar sino a seguir luchado y decir hasta aquí hemos llegado. Así que lo vivo con una mezcla de sentimientos, duelo, orgullo y ganas de hacer algo más allá que trabajar cada día.

-¿Qué necesidades tiene la atención primaria?

-La atención primaria debe acompañar a la persona desde antes de que nace hasta el último aliento. Si durante ese proceso, la variación de médicos y enfermería es muy pequeña, la gente vive más y con mejor calidad de vida. Cuantos más médicos y profesionales intervengan, más interferencias se crean, más dudas diagnósticas, más consultas a otros profesionales, más medicamentos... Por eso se tiene que tender a afianzar a los profesionales y que se quieran quedar en su plaza. El traslado es un derecho pero si nunca van a estar bien en un sitio, no es bueno ni para el profesional ni para el ciudadano. Habrá que buscar otras medidas, mejorar la gestión de los recursos humanos. En el hospital está la tecnología, las grandes inversiones y los diagnósticos, pero en atención primaria tenemos el día a día con el ciudadano y la comunicación es una arma no cuantificable. No puedes hablar de inversión en comunicación con el paciente y a veces lo único que se necesita es hablar. La atención primaria merece ser valorada.

-«Salubrízate» es una radiografía de lo que pasa con los mayores en Galicia.

-Hay muchas lagunas en relación a su tratamiento. Uno de los grandes retos a nivel sanitario y social es la soledad. Y hay que diferenciar la vivida y la sentida que no tiene que ver con el hecho de tener a gente alrededor. Una persona mayor tiene los mismos derechos que una joven a su autonomía. Hay que hacerlo con cuidado y respeto. Y es difícil.