La Audiencia absuelve a un acusado de agresión sexual a su suegra y a una sobrina menor

La Audiencia de Ourense ha absuelto a un acusado de agresión sexual, para quien la fiscalía pedía penas que sumaban siete años y medio de prisión. La suegra y una sobrina, de 58 y 13 años, le imputaban haber sido víctimas de tocamientos. La sala no lo considera acreditado. Los testimonios de las dos supuestas perjudicadas resultan contradictorios y los aportados por terceras personas debilitan la imputación.

La esposa del acusado, de 35 años, subrayó durante la vista que su madre le había dicho, años atrás, que otro novio suyo había intentado acostarse con ella. Al ahora acusado ya le había atribuido un proceder similar pocos años atrás, aunque luego le pidió perdón. Cita la sentencia cómo una vecina del mismo pueblo, del municipio de Coles, que conoce a toda la familia, se refirió a la suegra diciendo «que tiene un problema, aparte de que es bastante mentirosa, según ella más de un hombre la intentó violar».

En cuanto a las declaraciones de la menor, que decía haber sufrido tocamientos cuando dormía y el acusado entraba en la habitación que compartía los fines de semana con un primo, la sala ve una discordancia entre la afirmación de que duraban quince minutos y que mecanismo de defensa se centrara en pestañear o moverse en la cama. La menor y la abuela sostienen que aquella le contó lo que le pasaba.

La niña decía haber soltado poco, pero la mujer afirmó que había sido tan explícita que detalló cómo le tocaba las piernas, la besaba en la boca, le tocaba los pechos «y cuando no le venía la regla, no sabía si estaba embarazada». Calló en un primer momento, según ella, para no arruinar la luna de miel de la madre de la menor. No encaja, concluye la sala, dada la gravedad de lo que supuestamente contaba la menor, que no actuará al instante.

Cita la sentencia, por otra parte, el contexto familiar como un elemento clave para ver este caso. La menor sabía que su tía, esposa del acusado, se había quedado embarazada con 16 años. La niña y la tía eran uña y carne. A la vuelta de la luna de miel, cuando la tía le preguntó por los supuestos tocamientos, la menor le diría que «me pasó lo mismo que a ti», aunque «lo mío ya lo superé». La abuela había admitido que a raíz de lo ocurrido con su hija, desconfía de los hombres y en su nieta, cuando dejó de ir a casa, vio un comportamiento similar.

La sentencia no es firme. Puede ser recurrida al TSXG.

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