«La mujer maltratada siente que la sociedad se pone de perfil»

Maite Rodríguez Vázquez
MAITE RODRÍGUEZ OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La directora del CIM de Ourense, Malena de Jesús, cree que hay que trabajar de forma continuada y con más recursos frente a la violencia machista

25 nov 2018 . Actualizado a las 17:56 h.

Lleva 26 años «gestionando el dolor de estas personas a diario», dijo Malena de Jesús, directora del Centro de Información á Muller del Concello de Ourense esta semana, a la vez que denunciaba el silencio «cómplice» y la pasividad social frente a un problema, el de la violencia de género, que sigue destrozando la vida de muchas mujeres. Desde los CIM ayudan a recomponer psicológicamente a las víctimas, les dan atención y las encaminan para tener una red de apoyo, porque pese a la acumulación de actos por el 25 de noviembre, la realidad, denuncia Malena de Jesús, es que las mujeres maltratadas siguen estando muy solas.

-¿Cómo llegan las mujeres al CIM?

-Algunas vienen porque conocen el servicio, otras lo miran en la red o llaman al teléfono de la mujer. Desde la Policía, cuando se acercan a poner denuncia las mandan aquí, o bien por los servicios sociales municipales, sanitarios o por sus abogados. Damos atención psicológica, asesoramiento jurídico y atención socioeducativa a las mujeres. Se informa de las ayudas, si las necesitan; porque tengo un porcentaje de mujeres que tiene un sueldo normal o bueno. Económicamente, pueden ser independientes, pero luego las realidades en cada casa son peculiares, ya que puede tener un buen sueldo y otra cosa es cómo se gestione, porque hay situaciones en que el individuo le obliga a que entregue el dinero.

-¿Cuentan con suficiente personal y recursos?

-Los recursos son insuficientes. En Ourense tenemos una jurídica y una psicóloga funcionarias a tiempo completo, pero los casos son numerosísimos. Falta hacer un seguimiento. Yo soy psicóloga y cada sesión es mínimo hora y media, a cada mujer se le dan varias citas, pero no puedo seguir toda la evolución y los apoyos que ha tenido en la comunidad. En Ourense habría que duplicar la plantilla y contar con una trabajadora social.

-¿Los actos del 25N sirven para visibilizar bien el problema?

-Hemos detectado que estas mujeres están totalmente solas. Hay hombres agresores tan perversos que, con su doble fachada, convencen a las familias de ellas; otras veces, el proceso de convivencia consistió en aislarlas de las amistades y de la familia y, cuando deciden dar el paso, se encuentran solas. La mujer maltratada siente que la sociedad se pone de perfil. Todo es muy bonito el 25N, con lacitos o pancartas y todos contra la violencias. Pero ellas se sienten ignoradas, solas e incomprendidas. Todos somos muy de opinar y son ellas las que tienen que decir mucho. Por ello, diseñamos un programa, el Nexus, para el seguimiento posterior a las intervenciones. Hay un grupo de apoyo, con un seguimiento individualizado. Lo hace, y muy bien, la cooperativa Seracción. Empezó en mayo y tiene 40 mujeres. Los resultados son excelentes. Se crea un sentido de red, de unión, se tejen vínculos y se empodera a las mujeres. Si tienen esa red de apoyo, están más motivadas para seguir adelante y normalizar su situación.

-¿Suelen necesitar mucho tiempo esta atención?

-A veces las tienes aquí dos años, por eso faltan recursos humanos. Hay situaciones de partida diferentes. Hay tituladas con buenos sueldos o mujeres desempleadas y con hijos. Y está la revictimización. Las mujeres se ven cuestionadas en los interrogatorios judiciales. Se les pregunta por hechos concretos y detrás hay un historial de veinte años. En los servicios públicos a veces hay desconfianza, por una visión estereotipada y por falta de formación de género aunque también hay profesionales bien formados.

-¿Hay alguna característica en los casos de Ourense, por esa mezcla de urbano y rural?

-Al CIM de Ourense viene mucha gente del rural, aunque sean de otros concellos, debido al control social que hay en los pueblos, donde se conoce todo el mundo. Aquí vemos esa problemática también, más aguda por el control social, y el aislamiento por falta de transporte.

«Estamos retrocediendo mucho a nivel de derechos»

En el CIM de Ourense atendieron el año pasado a 250 mujeres y este año, con datos de hace un par de meses, llevan 185. Observa la directora del centro de la ciudad que hay un incremento de los casos atendidos en mujeres menores de 25 años. Si el año pasado fueron 16, en lo que va de 2018 ya son 31, varias de ellas jóvenes de 18 o 19 años y alguna menor.

-¿Cree que se ha avanzado o hay pasos atrás en la lucha contra la eliminación de la violencia machista?

-No se avanza, se retrocede. No se fomentan valores basados en el respeto y la educación sino que se normalizan los comportamientos violentos. Hay que dar formación en igualdad en todos los niveles del sistema educativo, tanto educación formal como no formal, y a los profesionales de la administración. Hay cursos, pero hay que estar motivado para hacerlos. Hay que invertir en recursos profesionales y dar formación de calidad a toda la población. Si se incrementa la violencia es porque no se ve que hay que incidir desde la educación, a todos los niveles. Y faltan ayudas económicas más elevadas. Las hay, pero habría que incrementar lo que tiene que ver con la vivienda, porque si no, la ayuda se les va en el alquiler y en los gastos. Estamos retrocediendo mucho a nivel de derechos. Recuerdo épocas con más actividad.

-¿Hay mucha burocracia o prima la atención?

-La burocracia enlentece, pero el problema es que me pueden llamar para dar cuatro citas de nuevas mujeres, que hay que unir a las que ya estamos atendiendo, que no solo reciben una cita sino 10 o 20, y atender la revictimización de otros servicios. La violencia de género requiere una atención de más tiempo. Los CIM también hacemos las actividades de sensibilización del 25N, del 8 de marzo, del día de la trata. Aún así, las mujeres dicen que se sienten solas a nivel social.