El fiscal aún no sabe si la muerte de un policía hace dos años y siete meses fue homicidio o suicidio

La Voz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

El ministerio público rechaza la conexión entre la causa que afecta a los policías del grupo de drogas y la que se abrió a raíz de la muerte del agente en la comisaría en abril del 2016

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos años y siete meses después de que apareciera en un despacho de la comisaría de policía de Ourense el cadáver de un agente, con un disparo en la cabeza, la fiscalía aún no tiene claro que se trate de un suicidio o sea un homicidio. La jueza que investiga el suceso mantiene la tesis del homicidio, con los inspectores gemelos Bernardo y Roy D. L. en calidad de investigados, pero la fiscalía parece no compartir esa línea. De hecho, en un escrito para refrendar la continuación de la causa que salpica a tres policías en un procedimiento de narcotráfico, como supuestos protectores de una trama presuntamente dirigida por Josefa Pucha P. G., niega la acumulación, «no habiéndose discernido por el momento si es causa autolítica o criminal», según afirma.

Sostiene el fiscal que la incorporación a la causa de drogas de la documentación correspondiente a la causa iniciada por la muerte del policía, en abril del 2016, «no aportaría nada», pues en esta última «se investiga el fallecimiento de un agente, acontecido dos años después de los hechos aquí investigados». La supuesta trama de corrupción, que inicialmente mezclaba la desaparición de seis armas y el presunto trato de favor a un grupo de traficantes, se había iniciado en noviembre del 2014, con un anónimo enviado desde Ourense a la Unidad de Asuntos Internos. Las pesquisas, con intervenciones telefónicas durante varios meses, habían conducido a la detención de los supuestos traficantes y cuatro policías del grupo de estupefacientes, incluido el jefe, en noviembre del 2015.

Las pesquisas posteriores, a raíz de la muerte del policía en abril del 2016, abrieron el escenario y condujeron a que la instructora ordenara detener a otros dos inspectores, a quienes la jueza vincula no solo con la muerte, sino con los anónimos, la sustracciones de las armas, la fabricación de prueba falsas para incriminar a los compañeros de estupefacientes. El nuevo escenario dibujado por esta investigación es el que los policías investigados en el caso de drogas quieren que se valore en su procedimiento. Tanto el juez como el fiscal mantiene que son asuntos diferentes.

Los policías implicados en estos procedimientos están apartados del servicio, retirados de forma anticipada o jubilados.

La causa de drogas está muy adelantada. La fiscalía, de hecho, ya formuló su escrito de acusación, por lo que, aun cuando quedan flecos y recursos pendientes de resolución, es previsible que llegue a juicio durante el próximo año. Mientras, la investigación sobre la muerte, los anónimos y las irregularidades que la jueza atribuye a los inspectores gemelos, permanece abierta.