¿Por qué debo vacunarme de la gripe?

María Sande Meijide

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La jefa del servicio de Medicina Preventiva y Salud Laboral del CHUO María Sande contesta a la pregunta

04 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cada año por estas fechas, se acerca la epidemia de gripe estacional. Llegó pues el momento de reflexionar sobre la enfermedad gripal y la herramienta de salud pública más eficaz para prevenirla: la vacuna.

Para sintetizar la epidemiología de la gripe, podemos decir que es una enfermedad constante causada por un virus variable. Tan constante como que la primera epidemia de gripe descrita data de 1580. El virus presenta una inestabilidad genética, con pequeños cambios, cada año, en su estructura, lo que le permite evadir nuestro sistema de defensas y dar lugar a epidemias estacionales.

Además, con una periodicidad impredecible, el virus sufre cambios mayores, dando lugar a epidemias de distribución mundial, o pandemias, por la vulnerabilidad de la población ante un virus nuevo, no reconocido por su sistema inmunológico. Este año se cumplen cien de la mal llamada «gripe española» de 1918, que causó entre 40-50 millones de muertes a nivel mundial. Considerada como el mayor «holocausto médico de la historia», fue fruto de una mutación, altamente patógena, del virus, frente a una población debilitada y sin recursos, tras la Primera Guerra Mundial.

La gripe es una enfermedad de gran impacto que afecta anualmente a un 10-20 % de la población. Pese a la creencia popular, no siempre es una enfermedad leve, ya que puede causar graves complicaciones entre los más vulnerables, como mayores de sesenta años, menores de dos, enfermos crónicos, personas inmunodeprimidas y embarazadas. En la epidemia de gripe de la temporada 2017-18, se estima se produjeron en España 700.000 casos leves, 52.000 hospitalizaciones y alrededor de 15.000 muertes relacionadas.

Desde hace más de sesenta años, disponemos de una vacuna efectiva y segura frente a la gripe. Pese a ello, la mitad de los pacientes ingresados la temporada 2017-18 con factores de riesgo de gripe complicada, no estaban vacunados. ¿Por qué ocurre esto? Por un lado, existe la idea de que la gripe es siempre una enfermedad leve, lo que lleva a confundirla con un catarro común, subestimando la prevención e importancia de la vacuna. Otro argumento es la creencia de una aparente protección frente a ella, por el simple hecho de no haberla padecido: «Yo nunca tengo gripe». No existe garantía alguna, ya que cualquier persona es susceptible de padecer una gripe con complicaciones. Muestra de ello es que la pandemia de 2009 afectó de modo especial a adultos jóvenes.

Otro mito es que la gripe solo es contagiosa cuando hay síntomas. No es así. El virus se transmite por medio de gotas, que la persona expulsa al hablar, toser o estornudar, y esta transmisión ocurre de uno a dos días antes de desarrollar síntomas gripales. Además, es posible que algunas formas con pocos síntomas de la enfermedad, impliquen también cierto grado de transmisión.

De la transmisión y la posibilidad de contagiar a personas vulnerables, junto a una mayor exposición, deriva la importancia de que personal sanitario, cuidadores y convivientes de personas con riesgo de complicaciones se vacunen frente a la gripe.

La vacuna de la gripe, como muchos medicamentos, no es cien por cien efectiva. Se reformula y actualiza cada año, según indicaciones de la OMS, de acuerdo a los virus que circulan previamente en el hemisferio sur. Su efectividad también depende de factores como la edad y del estado general. Lo que sí está ampliamente probado es que la vacunación previene complicaciones, riesgo de hospitalización y muertes.

¿Habría dudado alguien de protegerse en 1918 de disponer de vacuna? Fuese esta 100 % efectiva o no, la respuesta está clara. Es momento de reflexionar cuál es nuestro motivo y actuar, pues la campaña de vacunación antigripal está en marcha.

María Sande Meijide es jefa de servicio de Medicina Preventiva y Salud Laboral. Hospital Universitario de Ourense