«La forma de los barrios influye en cómo fumamos y bebemos alcohol»

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

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El médico, investigador y divulgador Manuel Franco hablará sobre la organización de las ciudades y su repercusión en la salud

30 oct 2018 . Actualizado a las 17:47 h.

«Me dedico principalmente a la investigación de enfermedades crónicas y enfermedades del corazón. Y, sobre todo, lo que estoy estudiando ahora mismo es cómo las ciudades y los entornos urbanos tienen que ver con cómo nos comportamos y cómo esto, a su vez, se relaciona con las enfermedades cardiovasculares», se presenta Manuel Franco Tejero (Madrid, 1974) desde el otro lado del teléfono.

Se licenció en Medicina y Cirugía en una de las universidades más prestigiosas del mundo -la Universidad Humboldt de Berlín- y es profesor titular de la Facultad de Medicina en la Universidad de Alcalá de Henares. También colabora como profesor adjunto al departamento de Epidemiología de la John Hopkins Bloomerg School of Public Health en Baltimore (Maryland, Estados Unidos). Esta tarde, a las 20.00 horas, estará como ponente en la sesión de apertura del curso de la Academia Médico-Quirúrgica de Ourense.

Fue durante su estancia en Estados Unidos -allí residió y trabajó siete años- donde comenzó a investigar la relación entre la inseguridad de los barrios y la esperanza de vida de sus habitantes. «Dentro de una misma ciudad como Baltimore la esperanza de vida llega a tener una diferencia de 15 años de unos barrios a otros. La más baja se corresponde con una cifra similar a la del país más pobre del mundo y la más alta, en zonas donde principalmente residen ciudadanos blancos, se sitúa en la misma edad que el país con mayor esperanza de vida que es Japón», explica Franco.

Demostrar el efecto que la organización política y social puede tener en la salud de los ciudadanos era uno de los objetivos de su trabajo de investigación. Y una vez establecida la relación, añadió el factor histórico y de configuración de los barrios. «Las características de los barrios también están relacionadas con cómo comemos; cómo y cuánto alcohol y tabaco consumimos y cómo de activos estamos físicamente», añade el profesor. «Si uno bebe mucho tiene más riesgo de padecer un cáncer o una enfermedad cardiovascular. Y no tiene nada que ver con ser alcohólico porque el simple hecho de pasarnos de la cuenta una noche ya afecta enormemente a nuestro corazón», puntualiza.

«Cada vez tenemos más esperanza de vida y muchas enfermedades se nos van acumulando, estamos más polimedicados y lo esencial para las personas mayores es moverse y caminar. Tener pequeñas tiendas repartidas por la ciudad ayuda mucho a que las personas se encuentren mejor física y psicológicamente porque hacen la compra diariamente pero a la vez también salen y se relacionan con otras personas», aclara sobre las conclusiones a las que han llegado en la investigación realizada en Madrid. «Nos hemos dado cuenta, además, que hay personas jubiladas que lo único que hacen de actividad física es ir a la compra. Por eso estamos insistiendo en que, en ciudades tan envejecidas como las españolas, esa parte es fundamental», aclara.

Habla en plural porque el trabajo de investigación lo han llevado a cabo diez personas, entre las que figura él, durante cinco años. «Hemos trabajado con bases de datos de millones de madrileños, bases de datos de un estudio anterior hecho con 2.000 personas y hemos hecho estudios cualitativos en los que entrevistamos a personas para entender los procesos por los cuales se relacionan con la ciudad para poder llevar un modo de vida más sano», incide.

La ponencia es abierta a todos los públicos y resulta de especial interés en una población tan envejecida como la ourensana.