El creador ourensano comenzó a dibujar de niño. Empezó haciendo grafiti puro, pero evolucionó. Estudió diseño gráfico e ilustración y a partir del 2005 centró su estilo en el realismo y la figuración. Respecto a la oleada de grafitis en las ciudades prefiere no opinar. «Yo empecé así, ahora hago algo diferente pero no tengo autoridad para decir lo que está bien o mal. En todo caso, yo no pinto sobre obras de arte, sino sobre paredes que me dejan o que me encargan». Mon Devane vive de su trabajo como artista, y no solo en exteriores. También pinta cuadros al óleo y acrílicos o paredes en interiores, como las que remató este verano en el hospital materno infantil de Ourense.