El actor Morris inspira a Mon Devane

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Alán Pérez

El artista ourensano retrata a Antonio Durán, caracterizado en su papel en «Fariña», en Vigo

09 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado viernes, la Travesía de Vigo amanecía con un nuevo vecino que les observaba con cara de pocos amigos, impávido. Esa mirada es la terrorífica cara que el actor Antonio Durán, Morris, le puso a su personaje en la serie Fariña, en la que encarna al narco Manuel Charlín. El miedo que da traspasa la pantalla y también el mural que el artista Mon Devane (Ourense, 1985) pintó en la esquina de un establecimiento comercial, Orto Factory, situado en el número 160 de la citada calle.

El autor cuenta que lo hizo, literalmente, «por amor al arte». «Fue una iniciativa personal. Tenía ganas de hacerlo y que fuera en Vigo, ya que es la ciudad de Morris. Pregunté en Facebook si alguien me cedía una pared y los dueños de la clínica me contestaron que podía hacerlo en la de su local». Eso fue antes del verano, pero tuvo que dejarlo para después, porque otros compromisos de trabajo no le permitieron poder hacerlo hasta ahora.

Sobre el motivo elegido, Devane aclara que el homenajeado es el actor, al que admira. No a Charlín. «Vi la serie el año pasado, me gustaba mucho su interpretación del papel y encontré esa foto frontal que me pareció muy potente para pintarla». Antes de ponerse a ello, y por si acaso había algún problema, el artista se puso en contacto con Bambú, la productora de la serie, y pidió permiso para usar la imagen. «No sé si habría algún problema por utilizarla, pero preferí solicitarlo, sobre todo por respetar el trabajo del fotógrafo y de la dirección de arte», cuenta. Desde la productora ya han reaccionado. «Están muy contentos. Me escribió el director de la serie y el productor ejecutivo y les ha gustado mucho».

El autor reconoce que le impactó Fariña, pero su devoción por Morris viene de mucho más atrás. «Desde que doblaba a Mutenroi en Songoku. Eso marcó mi infancia y para mí es lo más». Y luego en muchos otros más papeles, como en A Esmorga».

Pero quien se ha quedado de piedra, o de cemento, es el propio Morris. Y eso que aún no ha podido verse al natural, porque está haciendo teatro en Madrid. «Me hace muchísima ilusión. Mi total admiración hacia el artista», expresa entusiasmado desde la capital, en una pausa. «Me hace especial ilusión porque además yo ejerzo de vigués allá donde voy y para mí es un orgullo», afirma. El actor dice que tiene ganas de acercarse al espacio donde Devane le ha retratado como Charlín. «Yo no soy experto en arte urbano pero creo que está hecho con una gran calidad», opina.

La gente ya empieza a hacerse selfies en esa pared y a Morris le parece que es «mucho mejor que hacérselos con el dinoseto o en plazas con vídeos», apunta con ironía, pero añade que cree que mejor va a ir a ir de noche «porque me da un poco de vergüenza». el actor vigués aún no está acostumbrado a esa popularidad repentina que le ha dado el antipático personaje de Charlín, «porque caló mucho pero no creo que nadie lo admire».

A pesar del esmero con el que está ejecutado, Mon Devane asegura que solo empleó ocho horas de trabajo, que llevó a cabo el pasado jueves. Eso sí: seguidas. Sin parar casi ni para comer. «Del tirón».

El autor también está muy agradecido a los dueños de la tienda, que arriesgaron y confiaron en él sin pedirle demasiadas explicaciones. «Yo les conté un poco la idea, pero no sabían muy bien cómo iba a ser la cosa».

Lo más sorprendente es su método: a mano alzada con espray, sin pincel y sin plantilla.

Materno infantil de Ourense

El creador ourensano comenzó a dibujar de niño. Empezó haciendo grafiti puro, pero evolucionó. Estudió diseño gráfico e ilustración y a partir del 2005 centró su estilo en el realismo y la figuración. Respecto a la oleada de grafitis en las ciudades prefiere no opinar. «Yo empecé así, ahora hago algo diferente pero no tengo autoridad para decir lo que está bien o mal. En todo caso, yo no pinto sobre obras de arte, sino sobre paredes que me dejan o que me encargan». Mon Devane vive de su trabajo como artista, y no solo en exteriores. También pinta cuadros al óleo y acrílicos o paredes en interiores, como las que remató este verano en el hospital materno infantil de Ourense.