Lo que fue, lo que es y lo que será

Emma Noriega y Paula Feijoo FIRMA INVITADA

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

23 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Diciembre de 1984, es invierno, llueve, voy caminando al cole, algo apurada porque mis piernas son pequeñas, hace frío pero me encanta ir al cole de la mano de mi abuelo, que siempre me cuenta historias muy interesantes.

Diciembre de 2018, es invierno, llueve. Pienso: «Levantar a mi hijo pequeño para ir al cole, la lluvia, sacar el coche, dónde aparcar, atascos, llegar tarde al trabajo…».

Diciembre de 2021, es invierno, llueve. Mi hijo se levanta muy contento al ver la lluvia: «Mamá, por fin puedo ponerme mis botas para ir andando al cole». Sonrío.

En los últimos años, Ourense ha cambiado muchísimo y se está convirtiendo en una ciudad pensada para las personas. La mayor parte del centro urbano (al que ahora llamamos «almendra») está casi peatonalizado y además existe un eje peatonal que atraviesa casi toda la ciudad.

Hay muchos menos coches y ahora es fantástico caminar, pasear y relajarse sin miedo a que te atropellen. Y el próximo año aún van a hacer más calles peatonales...

Hace unos años, los ciudadanos se habían sensibilizado sobre la necesidad de abordar cambios hacia un nuevo modelo de ciudad: más amable, más sostenible, más vivible, más pacificada. Tras un proceso de participación ciudadana al que llamaron «Móvete x Ourense» se creó una hoja de ruta a seguir, y lo mejor fue que todos los políticos se unieron desde el primer momento y comenzaron a cumplirla.

Al principio, muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, estábamos algo despistados e incluso enfadados cuando en prensa oíamos noticias relativas a sanciones, prohibiciones o restricciones a la circulación de los coches. Yo era una de esas ciudadanas que no entendía otro modo de moverme por Ourense que no fuese en coche.

Se realizaron muchas campañas informativas y de sensibilización como «En Ourense, caminar resuelve» o «Hoy paseamos por mi calle», haciéndonos ver a los ciudadanos escépticos la importancia de los desplazamientos a pie por la ciudad, y hasta se realizó un «Metrominuto» para saber a golpe de vista cuánto se tarda en ir caminando de un punto a otro.

La Policía Local se puso muy seria y comenzó a multar a aquellos que estacionábamos en lugares indebidos y, poco a poco, todos tuvimos que ir modificando hábitos y malas costumbres adquiridas durante mucho tiempo.

Después llegó la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible, la realización de un Plan de Accesibilidad y una ordenanza que establecía el uso de las calles, siempre llenas de mobiliario urbano y terrazas.

Los coches ahora circulan por debajo de los 30 km/h, porque ya es una realidad, Ourense es una «ciudad 30», y desde entonces existe una buena convivencia de peatones, bicicletas y coches. Lo cierto es que cada día hay más bicis circulando por toda la ciudad y la gente se siente segura.

Comenzaron a realizarse obras de peatonalización de calles y de áreas de plataforma única, estableciendo una continuidad en espacios estratégicos de la ciudad que mejoraron mucho la accesibilidad y por primera vez en mucho tiempo las personas somos más importantes que los coches.

Aún quedan muchísimas cosas por hacer, ya que la hoja de ruta era muy ambiciosa, pero confío que pronto tengamos una renovación del transporte público, una red de aparcamientos disuasorios, muchas más calles peatonales y caminos escolares seguros.

Ourense se ha transformado por completo, se ha embellecido, la ausencia del ruido en las calles hace que todos tengamos mejor ánimo y la limpieza del aire sosiega el cuerpo y la mente. Pero hay algo más: se respira un «no sé qué», una sensación de armonía, de concordia, de cercanía, la movilidad de los niños se ha recuperado, y hoy mi hijo puede salir a la calle y jugar tranquilo en ella.

Respecto a mí, voy en bici a trabajar.

Emma Noriega y Paula Feijoo, de la consultora Urba+, coordinaron el proyecto «Móvete x Ourense».