Menos del 10 % de los ourensanos pertenecen a asociaciones vecinales

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

Los líderes de los colectivos destacan las dificultades de encontrar relevo generacional

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El departamento de Participación Ciudadana del Concello de Ourense realiza todos los años un censo de las asociaciones vecinales que existen en la ciudad. En este 2018 son 55 los colectivos de este tipo que funcionan. Entre todos, su número de socios asciende a 10.134 personas. Ello supone que menos de 10 % de las personas que viven en Ourense forman parte de alguna entidad de ese tipo. Cabe destacar, por otra parte, que hace diez años eran 62 las asociaciones vecinales que había en la ciudad.

Manuel Mosquera, presidente de la federación Limiar, explica que el colectivo está formado actualmente por 32 asociaciones, cinco más que hace un año. «Unas se crean y otras desaparecen porque normalmente la gente que las lleva es mayor y se van muriendo», dice el líder vecinal, que explica que, entre las nuevas, destacan las que tienen que ver con un «problema puntual». Cuando este se soluciona, explica Mosquera, suelen desaparecer. El presidente de la federación Limiar advierte, no obstante, que la preocupación no es el número de asociaciones que existen en Ourense, sino los socios que tienen cada una de ellas. «Hay un bajón a nivel general», dice Manuel Mosquera, que pone como ejemplo la situación de la asociación de Santa Teresita: «Allí hace veinte años tenían dos mi y pico personas y ahora son unas quinientas».

El problema está, básicamente, en la falta de relevo generacional, según indica la presidenta de la agrupación Miño. «O perfil da xente é tirando a maior, sobre todo nas directivas. Normalmente son de cincuenta para arriba», dice Lorinda Fernández, que cuenta que en su asociación, en Rabo de Galo, trataron de «convencer» a personas jóvenes para tomar las riendas del colectivo, pero muy imposible.

«Eles pensan que coas redes sociais poden conseguirse as cousas, pero as asociacións fan un traballo moi importante», dice la presidenta de Miño, que reivindica el «sacrificio» que hacen las directivas de este tipo de colectivos. «Hai un gran traballo detrás. Sempre estamos enriba dos temas, continuamente metendo escritos e reclamando en todos os lados», relata Lorinda Fernández, que pone como ejemplo la reciente retirada de un nido de velutinas en una vivienda de Rabo de Galo.

Una vecina la avisó, ella se puso en contacto inmediatamente con el Concello y esa misma noche los bomberos estaban eliminando el nido. Después Fernández se enteró de que el propietario de la vivienda ya había avisado por su cuenta quince días antes: «E iso paréceme mal, porque as autoridades teñen que atender os veciños aínda que non chamen desde unha asociación, pero iso demostra a importancia que ten que haxa unha asociación detrás».