El turismo impulsa la llegada de nuevos negocios a la plaza Mayor

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Miguel Villar

Dos establecimientos amplían la oferta tradicional en la «zona cero» para visitantes

05 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Comercio y turismo hacen buenas migas en el corazón del casco histórico de la capital ourensana. La plaza Mayor, un lugar de paso obligado para quienes visitan la ciudad de As Burgas -allí se encuentra el Ayuntamiento- no es solo un referente para bares y heladerías, sino también un punto de interés para otro tipo de negocios. Así, en las últimas semanas dos nuevos establecimientos han abierto sus puertas al calor de la cada vez más alta llegada de visitantes que aprovechan su paso por este lugar para llevarse un recuerdo. Sustituyen a negocios tradicionales que desaparecieron y se suman a otros comercios con solera, incrementando así la oferta no solo para los que están de paso, sino también para los propios vecinos de la capital.

El último en desembarcar -ayer mismo tuvo lugar la inauguración- ha sido Tevas & Co, que se ha ubicado en el local que durante mucho tiempo ocupó Ramos. «Esto es una tienda de estilo de vida en la que tenemos desde productos de cocina hasta delicatesen, abarcando también desde objetos de decoración hasta moda», adelanta Emilio Castro sobre el negocio. Es el gerente de una empresa gallega que nació hace tres años y que tiene ya siete tiendas, incluida la de Ourense. «Empezamos en Vigo, luego abrimos en Madrid y más tarde en Sanxenxo, y nos dimos cuenta de que nuestro concepto es potente para las zonas turísticas. Por ese motivo en Ourense nos hemos venido a la plaza Mayor, tratando así no solo de coger al público que vive en la capital, sino también a los que se encuentran de visita», explica. La empresa ya tiene también un punto de venta en la capital de España y otro en Gijón y espera ahora repetir en la ciudad de As Burgas el éxito de esos proyectos anteriores.

A pocos metros de este nuevo local se encuentra Mencanta, un establecimiento de bolsos, maletas y complementos que afronta su tercer mes de vida en esta ubicación con muy buenas perspectivas. «Abrimos en junio y hasta ahora la valoración es positiva. Esta es una ubicación muy buena porque tiene mucho movimiento de gente, y a nosotros nos influye mucho, y para bien, el tema del turisteo», explica Sara Sánchez, empleada del negocio. Justo frente al establecimiento hace parada el tren de las termas, que comunica el centro urbano con los manantiales situados a orillas del Miño, por lo que a diario son decenas de personas las que pasan por delante de su escaparate. Eso deja un poso importante en la caja registradora. «La gente viene, mira y compra, se llevan una maleta o algún accesorio de viaje o alguna cosa para regalar», explica la comerciante, que asegura que en los últimos meses el turismo ha sido fundamental para el negocio.

«Buscan cosas que no se rompan, que sean pequeñas y puedan llevar en los aviones»

Con los nuevos establecimientos conviven otros que llevan años ocupando un espacio de la céntrica plaza y beneficiándose del masivo tránsito diario de vecinos y visitantes. Es el caso de la tienda de artesanía que desde finales de los años 90 gestiona la asociación Aixiña, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la atención de personas afectadas de discapacidad física o parálisis cerebral. «Empezamos siendo una tienda que vendía exclusivamente la artesanía que se hacía en nuestro centro especial de empleo, pero poco a poco fuimos ampliando a objetos enfocados al turismo», cuenta Susana Álvarez. La tienda sustituyó a otra dedicada a la venta de santos y eran muchos los clientes que seguían yendo a comprarlos así que al final terminaron por venderlos también. «Por demanda popular acabamos siendo un poco la tienda de antes», explica, admitiendo que el turismo es un filón para ellos. «Viene gente de toda España y también de otros países, y siempre se llevan algo. Buscan objetos que sean pequeños, que no se rompan para poder llevarlos en el avión», asegura Susana, que reconoce también que la convivencia con las numerosas terrazas de las cafeterías cercanas es buena. «Todo es compatible; esta zona es muy familiar y todos colaboramos», dice.