El desgaste adelgaza el calendario festivo

Sara P. Peral / María Cobas OURENSE / LA VOZ

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La falta de financiación deja el calendario huérfano de citas ya tradicionales

14 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En un verano en el que dice adiós el Outono Fotográfico (cuyos organizadores dan por muerto) y el Festival de Cine (que el Concello de Ourense espera recuperar el próximo año), hay otros eventos y fiestas que también dejarán de aparecer en el calendario estival. Unos para siempre, y otros con la previsión de que se intentará recuperar en años venideros, en unos casos porque fueron perdiendo tirón y con menos afluencia las cuentas no daban; y en otros casos porque es preciso apoyo de las administraciones, y este no llega.

Agosto no se cerrará en O Barco de Valdeorras con la kalimochada de Éntoma. La cita con el vino mezclado con refresco había conseguido en pocos años convertirse casi en fiesta obligada (especialmente) para los más jóvenes, pero tras dos ediciones más flojas, los vecinos (los organizadores) decidieron que la de 2017 era la última. No descartan impulsar una celebración de carácter más familiar para el próximo verano, «pero este verán non haberá nada», explica Diana Urdangaray, miembro de la asociación.

Tampoco hubo en la capital valdeorresa la feria medieval de Veigamuíños, que organizaba la asociación de mujeres rurales a mediados de julio. Costó sacar adelante la edición del año pasado, y este ya nadie quiso hacerse cargo. Y no salieron tampoco en procesión los camiones, en la cita en honor a San Cristovo que venían organizando desde Coasva. Se unen a otras celebraciones que se habían hecho habituales como la romería da Barca o el Vilarock, que desaparecieron en 2017. Antes había pasado lo mismo con el Blues no Sil o con el PulpoPop, festivales nacidos de la iniciativa privada que no tuvieron respaldo suficiente. En esa lucha está el Silfest, que regresó este año tras el parón de 2017. Desde la organización están echando números para ver si regresan en 2019.

En esas están los organizadores del Ponte Louco. Después de 16 años de historia, el festival de referencia de Castro Caldelas no se celebrará. Las puertas del castillo del siglo XIV no se abrirán y la música, los mercadillos artesanos, los juegos populares y los cantos de taberna tendrán que esperar, por lo menos, un año más. Una determinación que llegaba de la mano de la Asociación Xuvenil O Irrio de Castro Caldelas el pasado día 2 (al no tener los recursos económicos necesarios) y que dejaba a cientos de personas con las ganas en el cuerpo. Y es que el Ponte Louco es un festival que, aunque ofrece el plato fuerte a partir de la medianoche, no discrimina a ninguna persona por la edad y ofrece un sinfín de actividades a lo largo de un día completo. No obstante, y aunque en algunas páginas todavía aparezca la fecha del 18 de agosto como día del Ponte Louco, eso no será así.

Otras citas hace tiempo que desaparecieron, pero siguen en el imaginario popular. Cientos de personas se daban cita en Celanova la noche del día 15 para ver el globo de San Roque, que desapareció de la programación en 2011, apelando el gobierno local a la crisis. Ese mismo año se celebró la última edición del Folión Castrexo, que los organizadores cambiaron de fecha y se llevaron a Castromao a modo de protesta por falta de apoyo. Desapareció.