Cuando en las termas está la solución

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

03 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Si me lo dicen hace un año no me lo creería. Era de las que flipaba. Pero ahora puedo decir que cuando hace calor se está muy bien». Una joven que se refrescaba ayer en el río Miño aseguraba que lo de pasar el calor con aguas a temperatura ambiente, dentro de las termas, no es tan mala idea. Eso, a pesar de que ayer miembros de Protección Civil se acercaron hasta A Chavasqueira para recordar a los bañistas que debían tomar precauciones. «La gente, sobre todo los habituales, siguen viniendo igual en verano que en invierno. Qué le vamos a hacer», afirmaba ayer resignado un miembro de la agrupación ourensana. Y así es. En una de las termas, no en la más caliente, un grupo de hombres y mujeres charlaba amablemente mientras en el exterior la temperatura empezaba a ser sofocante.

«Dentro de las termas se está mejor», afirma un bañista cuando le digo que ya estoy sudando y que busco una sombra. Y, aunque resulta sorprendente, su aspecto en ese momento es mejor que el mío. Otra destaca las cualidades del agua y afirma que ayuda a calmar las quemaduras del sol, que en su caso ya son evidentes. «Se está estupendamente, de maravilla. Te relajas, no se tiene esa sensación tan grande de calor», espeta una mujer, mientras chapotea en una agua a 37 grados. «¡Y si nos entra el calor, nos metemos un ratito en el río y ya está!, añade. O, explica, se acerca a un tubo por el que sale agua más fría que va a la propia terma y que ellos controlan para mantener la temperatura.

«A la gente le decimos que venga y que lo pruebe. Además, los ourensanos ya estamos acostumbrados a 40 grados. A lo mejor les cuesta más a los que vienen de fuera», dicen. Y efectivamente. Una pareja con un bebé -de Madrid y Cáceres- que estaban de visita en Ourense se refrescan en el río y miran con sorpresa la escena dentro de la terma. «En Extremadura también hace calor, pero creo que no me metería en el agua caliente», afirma el hombre.

En las piscinas termales de As Burgas la escena es similar, aunque hay menos gente que junto al Miño. Un habitual, que se seca al sol, atrae la mirada de los turistas que se asfixiaban en la ciudad. «Esto es maravilloso. Además, después de bañarte no sudas nada. Y es muy sano para la salud», afirma rotundo. Será.