Más allá del núcleo urbano, Eva vende con pasión las bondades de Escocia: «Tienes naturaleza y paisajes estupendos a tiro de piedra. Si coges el coche y tiras millas hacia el norte, hacia las Highlands, los paisajes son espectaculares, pero cerca de Glasgow tenemos el lago Lomond, que nada tiene que envidiar al Ness. Además, dentro de la misma ciudad hay parques que parecen bosques, con fauna incluida… Pollock Park es hogar de unas majísimas vacas highlanders, de esas rubias con flequillo hipster que hay por aquí».
La cara menos bonita de Glasgow asoma en algunas zonas de la ciudad y también en determinados puntos del centro, «donde, para mi gusto, hay demasiada oscuridad… Pero hay muchas áreas bonitas e interesantes, museos, jardines, gran oferta gastronómica y pubs con mucho encanto. También he de decir que, cuando sale el sol, Glasgow gana bastante. De hecho, de lo malo destacaría el tiempo. . ¡Aquí llueve como en Galicia, pero de verdad!».