El alcalde acusa a la oposición de intentar «fundir á cidade». DO, PSOE y marea votaron en contra de los presupuestos por considerarlos una «falcatruada»
19 jun 2018 . Actualizado a las 19:28 h.Sin margen para los sorpresas. El pleno para la aprobación inicial de los presupuestos del Concello de Ourense acabó de forma bronca y sin consensos entre gobierno y oposición, por lo que la tercera ciudad de Galicia seguirá con las cuentas prorrogadas desde el año 2014. El ejecutivo del Partido Popular se quedó solo en la defensa de unas cuentas que apuntaban a unos ingresos de 103,8 millones de euros y a unos gastos, por culpa del techo de gasto, que apenas superaban los 101 millones. La concejala de Facenda, Ana Morenza, destacó que eran fruto de una gestión económica «impecable». Su argumento fue rechazado una y otra vez por los tres grupos de la oposición. Democracia Ourensana, PSOE y Ourense en Común utilizaron como base principal a sus críticas el informe del interventor, que en su escrito hablaba de hasta siete irregularidades en las cuentas. Gonzalo Jácome, líder de Democracia Ourensana, quiso sobre la bocina lanzar un órdago a Jesús Vázquez al que invitó a dimitir, a cambio de que su partido se abstuviese y así fuesen aprobados unos presupuestos que calificó de «locos».
Por su parte, el portavoz del PSOE, José Ángel Vázquez Barquero calificó de «falcatruada» las cuentas y alertó de que había un «pufo» de casi cinco millones de euros por obligaciones que tiene el Concello de Ourense y que no estaban reflejadas en los presupuestos. Martiño Xosé Vázquez, de Ourense en Común, contrapuso el caso de Ourense, que lleva con las cuentras prorrogadas desde el 2014, con las ciudades donde gobierna la marea en Galicia, también en minoría, y donde sí se han aprobado los presupuestos. «O informe do interventor é demoledor, vostedes xogan ao límite da legalidade», explicó.
Ya con los presupuestos tumbados en la votación por la oposición, Jesús Vázquez hizo uso del turno de palabra para cargar contra los otros tres grupos políticos, a los que responsabiliza de la situación en la que queda la ciudad en los próximos once meses: «Teñen unha dobre mensaxe, por un lado queren quedar ben cos veciños, pero a realidade é que están a intentar fundir a cidade».