La plaza de abastos provisional abre sus puertas sin fecha de caducidad

La Voz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

De hoy al viernes deberá estar completado el traslado a la instalación de la Alameda

18 jun 2018 . Actualizado a las 13:36 h.

Ha sido un fin de semana de especial actividad no solo para los responsables de los puestos de la plaza de abastos de Ourense, sino también para los profesionales de servicios auxiliares, obligados a dedicar horas del domingo para completar las instalaciones provisionales y hacer de este lunes el primer día del cambio. Y aunque el futuro es incierto, sin fecha para la vuelta, no hay otra opción y por eso la mayoría está a punto, después del atracón de los últimos días. Un millón de euros calcula el presidente de la asociación de comerciantes de la plaza, Emilio González, que han podido facturas las firmas auxiliares en unos trabajos de adaptación que, como enfatiza el portavoz empresarial, han chocado abiertamente con «una desastrosa dirección de obra, que ignoró totalmente las necesidades reales de las instalaciones».

El trajín es constante desde mediados de semana. Aun ayer había radiales haciendo saltar chispas, escaleras y cables en todas las esquinas, con furgonetas entrando y saliendo a la Alameda para facilitar el traslado de la mercancía y la entrada al nuevo recinto. Carpinteros, fontaneros, electricistas y técnicos de sistemas de frío apuraban los últimos ajustes en parte de las instalaciones, mientras en otras, más adelantadas, empezaban a cargar neveras y preparar el material que a partir de hoy pondrán a la venta.

El traslado ha de finalizar esta semana. En teoría, a partir del viernes, día 22, todos los puestos del sólido edificio quedarán cerrados al público, lo cual significa que el próximo fin de semana se habrá trasladado todo el movimiento a la instalación provisional. Con todo, una alto porcentaje estará a pleno rendimiento desde hoy en la Alameda.

A pesar de la previsión de provisionalidad, pues a fin de cuentas se trata de una instalación que se desmontará una vez finalizadas las obras en la plaza propiamente dicha, algunos placeros han cuidado especialmente los detalles. Es, en este sentido, llamativa la nueva imagen de una de las firmas clásicas, quesos Amalia, que ocupa un lugar privilegiado en la entrada por el acceso principal, desde la calle del Progreso. Con un emplazamiento tan singular como el que tiene en la vieja plaza de abastos, bajo las escaleras que suben a la primera planta, su cuidada decoración ofrece una cálida bienvenida.

Las pescaderías y los lunes

El traslado de los placeros no será, de todos modos, completo desde hoy. Las pescaderías, por ejemplo, aprovecharán con toda probabilidad la jornada del lunes, de nula actividad cara al público, para agilizar y ultimar preparativos. Y aunque el traslado será teóricamente escalonado, es muy probable que a mitad de semana ya no quede prácticamente nadie en el edificio principal.

Con todo, en las nuevas instalaciones será necesario afinar «desajustes que son absolutamente impresentables, consecuencia, según creemos, de una muy deficiente dirección de obra, sin que en ello tengan nada que ver ni el alcalde, ni la concejala, ni los grupos políticos municipales», dice Emilio González.

Pescaderías sin mostrador, puestos sin desagües, baños que se atascan por su poca caída, una instalación eléctrica que condena a todos los puestos de una hilera a quedarse sin suministro en el caso de un fallo en uno de ellos, o suelo desnivelados, son algunas carencias que exhibe el presidente de los comerciantes. Con la particular añadida de que, además, la plaza arranca sin líneas de teléfono, de espaldas a la fibra y las nuevas tecnologías.

Los comerciantes anticipan que irán a los juzgados por las deficiencias, si no ven soluciones

El portavoz de los comerciantes, convencido de haber hecho lo correcto al impulsar el traslado a pesar de las deficiencias, indica que como primer paso reclamarán al Concello de Ourense que corrija todo lo que está mal, «aunque sabemos que la culpa es de la dirección de obra y no del ayuntamiento, ni de sus técnicos». Irán, dice, por la vía administrativa, «pero, si no obtenemos las respuestas adecuadas, nos veremos en los juzgados».

Aunque ostensiblemente disgustado por los «olvidos» en el desarrollo de la obra, no deja de reconocer González que la instalación es «sin duda alguna, la plaza de traslado más bonita que he visto, y no son una ni dos, sino muchas las que conozco».

Que las vallas de protección de la obra estuvieran puestas ayer y que hoy tendrían que hacer el traslado con ellas puestas, de no haber sido por la determinación mostrada por las placeros para retirarlas, «es una muestra más de la forma en que se han ejecutado las obras y se ha llevado la dirección, totalmente de espaldas a los directamente afectados».

Seis años para volver

La vuelta, por otra parte, la ve lejana. El Concello de Ourense, de hecho, aún no ha puesto en funcionamiento la maquinaria administrativa que permita el inicio efectivo de las obras. «Ahí sí que tiene que ponerse las pilas en el Concello», dice González, que teme un retraso mayor del que inicialmente se calculaba. Si en un primer momento estimaba que en cuatro años se podría volver, ahora se arriesga a aventurar que será difícil completarlo todo en menos de seis años.