El lío de tener que reciclar

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez MATICES

OURENSE CIUDAD

29 jun 2018 . Actualizado a las 22:12 h.

Nos desborda el plástico. Si usted separa residuos en su casa habrá comprobado que siempre la mayor cantidad es la que va a parar al contenedor amarillo. Leche, fruta, carne, pescado, legumbres, pasta o yogures dejan tras su uso un rastro que está provocando un problema medioambiental de proporciones inmensas. Así que es normal que ahora las instituciones se planteen medidas que apuestan por la prohibición de ciertos productos de uso único. Dudo sobre si finalmente se logrará quitar de los supermercados objetos como los bastoncillos, las pajitas o los cubiertos de plástico -sin los que podríamos vivir perfectamente- pero no está mal poner sobre la mesa el debate sobre un asunto que nos preocupa demasiado poco.

O eso es lo que parece viendo cómo reciclamos o, mejor dicho, lo mal que lo hacemos. Todos. Por un lado, las administraciones, que parecen tener otras prioridades. En la ciudad de Ourense, por ejemplo, hace años que los contenedores soterrados están averiados y la solución «provisional» a menudo provoca que haya montones de bolsas de basura tiradas en la calle. De separar esos residuos, ni hablamos.

Pero tampoco es que los ciudadanos estemos muy centrados en el tema. Es muy habitual ver envases en el contenedor de residuo orgánico o cartones depositados en el de papel que, eso sí, alguien se olvidó de sacar de la bolsa de plástico. Es cierto que a veces faltan alternativas, pero parece que todavía nos hacemos lío a la hora de separar. Así que ya ven, ellos discutiendo si prohíben las pajitas y nosotros todavía pensando en qué contenedor depositarlas.