La cifra de trabajadores que necesitan la ayuda de Cáritas sigue subiendo

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La entidad recrimina que la guerra política en el Concello retrase las ayudas sociales

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El balance de actividad de Cáritas en Ourense correspondiente al año 2017 refleja un ligero descenso en la cifra de personas que acudieron a buscar ayuda en la entidad. Aún así 7.281 personas han tocado a su puerta -1.626 por primera vez- buscando ayuda para su familia. De hecho, las acciones llevadas a cabo por la entidad han beneficiado a 15.217 ourensanos. Pero no todo son cifras. Según resaltaba ayer la directora de la oenegé, María Tabarés, se han multiplicado las necesidades que plantean. «Hemos constatado un incremento de la desigualdad. Esta crisis ha generado una profunda brecha social en la que los pobres son cada vez más pobres», apuntaba, haciendo especial hincapié en la precariedad laboral «con trabajos poco estables y con poca capacidad de cubrir las necesidades de las personas». Jóvenes, mujeres y mayores de 45 años son los más afectados por esas condiciones de trabajo. De hecho el porcentaje de personas con empleo que pasaron el pasado año por la entidad buscando ayuda ha subido y supone ya el 18 %.

Además de los trabajadores en activo a los que el sueldo no les da para cubrir sus necesidades básicas, en los perfiles que están incrementando su presencia en Cáritas destacan las parejas jóvenes y familias monoparentales que viven de alquiler, en el que invierten aproximadamente un 65 % de su renta disponible. Los varones, entre 40 y 45 años y de nacionalidad española, son otro colectivo que crece.

La vivienda es uno de los temas que más problemas genera El 30 % de los que acudieron a Cáritas en 2017 pedía ayuda para pagar alquiler o suministros. La entidad respondió a 438 solicitudes de este tipo y destaca que se gestionó una media de 11 ayudas cada mes para pagar habitaciones en pisos compartidos para 141 personas sin hogar.

El balance también destaca que se ha incrementado el gasto para cubrir necesidades farmacéuticas «porque hay muchas personas que con su cobertura sanitaria no pueden comprar los medicamentos que necesitan», apuntaba la directora de Cáritas. En conjunto en ayudas básicas Cáritas invirtió el pasado año más de medio millón de euros.

Otro grupo importante con el que trabaja la entidad es el de los desempleados. Por su programa de empleo pasaron en el último ejercicio 970 personas. «Hemos seguido ofreciendo programas de continuidad pero al mismo tiempo hemos querido afrontar nuevos retos; porque la sociedad en la que vivimos es cambiante y nosotros tenemos que adaptarnos a nuevas realidades», señalaba la directora de Cáritas, recordando la apertura del Centro de Reincorporación Social y Laboral para personas sin hogar.

Llamamiento a los políticos

Un reflejo claro de que la crisis no cede son los datos del comedor social. Se atendió a 1.026 personas a las que se ofrecieron 118.749 menús frente a los 90.611 del año anterior. Este es uno de los servicios que Cáritas gestiona para el Concello de Ourense. El 90 % de los usuarios llegan derivados de la asistencia social municipal.

Sin embargo en lo que va de año no ha entrado ni un solo euro de las arcas municipales. La razón está en que no se ha podido firmar el convenio debido a la falta de presupuestos municipales. En este sentido, el delegado diocesano de Cáritas, Ángel Feijoo, quiso ayer hacer un llamamiento a la clase política ourensana. «Estamos un poco cansados de cómo funciona la Administración; tenemos convenios que se pagan muy, muy tarde; y estamos asistiendo en la ciudad a una pelea entre los distintos grupos sobre si se aprueban o no los presupuestos. Y, al final, quien padece esto son las personas que necesitan ese dinero», señaló. Recordó que la Administración tiene que velar por los derechos de los ciudadanos y que hay temas que no son «simple cuestión de voluntariado y de las oenegés». «Estamos un poco cansados de ver cómo los acuerdos que hacemos cuesta mucho concretarlos, llega muy tarde el dinero, con cambios constantes en las justificaciones que no tienen mucho sentido; cuando al final la obligación es de la Administración. No es de las oenegés», añadió pidiendo a los políticos «que tengan en cuenta a las personas que pasan más necesidad y que no pueden estar esperando un año a que libren el dinero por peleas entre ellos».