Almoite

Luis Gulín EL DESCORCHADOR

OURENSE CIUDAD

14 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace muchos, muchos años, dos niños emigraron con sus padres desde Galicia al País Vasco, concretamente a las tierras de Eibar donde cayeron a principios de los años 60 muchos de nuestros paisanos de Ourense. Crecieron allí, conocieron la vida dura del emigrante gallego, y oyeron la llamada de Dios para emprender el camino del sacerdocio. Ambos se forman en el Seminario de San Sebastián y al terminar su academia eclesiástica (todavía mandaba el señor de Meirás) se dedicaron a cuidar a su rebaño de origen galaico, concretamente en el lugar más gallego de Euskadi, el barrio de Trintxerpe, en Pasajes (Pasaia). Uno de ellos, José Novoa, tuvo incluso la osadía de hacer las misas para comunidad gallega en la lengua de Rosalía, la primera en el año 1976, lo que fue una auténtica revolución. Más tarde por diversas razones, Pepe Novoa abandona la sotana y se va a Navarra donde crea una familia, donde reside en la actualidad. Continúa su labor frente a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el barrio de San Pedro el otro compañero, Manuel González González que hasta su muerte en 1997 mantuvo la costumbre de hacer las misas del domingo en gallego. Tal fue el aprecio a Manuel González que el ayuntamiento de Pasajes (Pasaia) le dedicó en una plaza un monolito en su memoria, promovido por la asociación Fato Cultural Galego Daniel Castelao. Pepe y Manolo son un orgullo para nuestra tierra ourensana, porque fueron defensores de la cultura gallega y contribuyeron a la integración en el pueblo vasco de nuestros emigrantes. Ambos dos son de Almoite, en Baños de Molgas.