Médicos y farmacéuticos quieren terminar con las recetas privadas irregulares

La Voz

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Pretenden que todas los profesionales pongan de su parte para cumplir la normativa en vigor y ni se emitan ni se acepten recetas que no están debidamente cumplimentadas

10 may 2018 . Actualizado a las 13:33 h.

Los colegios profesionales de médicos y farmacéuticos de Ourense han decidido que ya es hora de terminar con las irregularidades que presentan algunas recetas emitidas por los facultativos en sus consultas privadas y que no se ajustan a la normativa en vigor. Aunque ya han pasado siete años desde que el Real Decreto de Receta Médica regula cómo deben de efectuarse las prescripciones de medicamentos que se entregan al paciente para que pueda adquirir los productos para el tratamiento de sus patologías, en las oficinas de farmacia siguen recibiendo recetas que no se ajustan a esa regulación. «Lo más común es que estén incompletas con respecto a los datos del paciente, o que incorporen más de un medicamento», señala Vicente Jairo Álvarez, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ourense, que aclara que esta lentitud en adaptarse a la normativa «no es exclusiva de Ourense, pasa en toda España».

La normativa marca claramente todos los datos del paciente que deben ir reseñados en la prescripción, incluido, por ejemplo, su DNI, así como los del propio facultativo; y también que es necesaria una receta por producto. Pero romper tendencias que se arrastran de muchos años parece que está siendo complicado. Y no solo para los médicos, sino también para los pacientes. De hecho, según narran en este órgano de representación de los profesionales de farmacia, aún hay quien pretende que la farmacia le devuelva la receta para guardarla para próximas ocasiones, o porque en ella va también indicado cómo deben tomarse el medicamento. «Nosotros tenemos la obligación de quedarnos con la receta para su custodia y control. El paciente debe pedir a su médico que las indicaciones se las entregue en un papel distinto», señala Vicente Álvarez.

De hecho esas recetas son requeridas por los inspectores que periódicamente supervisan el funcionamiento de las farmacias «y si faltan datos o hay algo que no se ajusta a la ley nos exponemos a importantes sanciones», añade. Y es que los titulares de farmacia son los que pagan directamente las consecuencias e en caso de aceptar una receta fuera de norma. «Éticamente hacemos lo correcto, porque nos consta la voluntad del médico de prescribir ese medicamento; pero todos estamos obligados a cumplir la ley, estemos más o menos de acuerdo con ella; y si aceptamos una prescripción que no se presenta correctamente, estamos incumpliendo», dice Álvarez que, no obstante también critica la lentitud de la administración en desarrollar aspectos como la implantación del código de barras para esa receta privada.

«Éticamente hacemos lo correcto, porque nos consta la voluntad del médico de prescribir ese medicamento; pero todos estamos obligados a cumplir la ley, estemos más o menos de acuerdo con ella; y si aceptamos una prescripción que no se presenta correctamente, estamos incumpliendo», dice Álvarez que, no obstante también critica la lentitud de la administración en desarrollar aspectos como la implantación del código de barras para esa receta privada.

En ese mismo sentido se manifestó el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Ourense, José Luis Jiménez. «El cumplimiento de la normativa sobre receta privada añade seguridad al tratamiento farmacológico de los pacientes y, por este motivo, todos los agentes implicados deben hacer un esfuerzo para adaptarse a ella», señaló apuntando que «es una lástima que para el siguiente paso en la seguridad del medicamento, la trazabilidad electrónica de cada receta dispensada en el Estado español; la administración pública no haya hecho aún sus deberes».

Vicente Álvarez también apuntaba que la regulación tiene lagunas y no aclara cómo resolver algunas cuestiones. «Por ejemplo todas las recetas tienen que llevar una fecha de emisión que marca su validez, pero al no implantarse la receta electrónica en el ámbito privado existe un problema para el paciente que, imaginemos, no tiene que volver a ser visto por el médico hasta dentro de seis meses, pero necesita renovar esas recetas para seguir con el tratamiento durante ese tiempo. Si son varios medicamentos, no va a salir con treinta recetas en la mano el mismo día», dice.

Los responsables de ambas entidades apuntaban, además de en la necesidad de que todos los profesionales implicados cumplan su parte, en que los ciudadanos deben conocer también cómo deben ser las recetas con las que salen de las consultas privadas.