Los planos de la comisaría acaban en la causa por la muerte de un policía

La Voz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Los arquitectos expusieron la existencia del «pasadizo» dos meses antes del suceso

02 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Encajar piezas requiere tiempo. En la trama de la comisaría de policía de Ourense, el hallazgo de un «pasadizo», como se le etiqueta en distintos escritos incorporados a las diligencias, acabó convirtiéndose en un elemento más para sostener las sospechas de la jueza sobre las circunstancias que rodearon la muerte del policía Celso Blanco el 9 de abril del 2016 de un tiro en la cabeza. Mal podían suponer los arquitectos Luis Chao y Luis Garayzábal, que dos meses antes hicieron una visita guiada a las dependencias de As Lagoas, que sus planos acabarían incorporados a una investigación judicial por homicidio. La conexión no fue instantánea. Que la charla hubiera servido como inspiración es otra historia.

De aquella visita informaba a la jueza Eva Armesto la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Ourense por oficio del 16 de enero del 2018. Casi dos años después. Iba a ser la guinda.

Resume el inspector en aquel escrito que los arquitectos habían ofrecido una charla sobre «las peculiaridades y características de la edificación y construcción de las instalaciones policiales» de Ourense. Habían acudido al salón de actos de la quinta planta «muchos integrantes de la plantilla policial». Pudo alguno de ellos saber del pasadizo.

En el acto, de acuerdo con el mismo escrito, se hizo mención «a modo de anécdota», a la aparición durante el replanteo del proyecto «de una disfunción que se había solventado tapiando una pared, quedando como resultas la existencia de un pasadizo que discurre paralelo a la galería de tiro». Se advertía que el dato era recordado por varios asistentes, incluidos dos, citados por su número, adscritos a la UDEV.

Se precipitaron los acontecimientos en enero. Los gemelos Bernardo y Roy D. L. fueron detenidos el viernes, día 19. Pero aquella misma semana, en la tarde del martes, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 se trasladó a la comisaría de policía. Se forjó la penúltima prueba. Un oficial de UDEV hizo el recorrido entre el párking del sótano y los antiguos despachos de formación y prensa, en la planta quinta, donde Celso Blanco perdió la vida hace algo más de dos años.

Grabación en vídeo

A las cinco y media de la tarde comenzó la «reconstrucción del posible itinerario», como aparece en el acta, «que discurre entre el pasadizo sito en el sótano -1 del garaje de esta comisaría y los despachos de la delegación de formación en la quinta planta de la comisaría, finalizando el mismo a las 17.40 horas». La diligencia quedó recogida en una grabación de vídeo, que el funcionario realizó con una cámara adherida al cuerpo. Diez minutos.

Del párking (donde estaban aparcados dos coches de los gemelos) a través del pasadizo que comunica con la galería de tiro -«al que se accede mediante puerta sin cerradura»- para seguir una de las posibles rutas hacia la planta quinta, se sugiere como ruta. Sin testigos y sin incómodas cámaras de vigilancia.

Aquella intervención, según se hacía constar en el acta, acredita que «en el desarrollo y ejecución de la reconstrucción, la realización del recorrido es factible por parte de una persona de condiciones físicas normales, utilizando para ello únicamente una cuerda de escalada». Era el golpe definitivo para sustentar uno de los apartados del auto de 21 de enero, en el que la jueza relacionada con precisión indicios y pruebas para implicar a los gemelos. Apuntaba, entre otros elementos, el «hallazgo de huellas de manos recientes, siguiendo el canalón en el interior de la cámara a la que se accede por la puerta -de un metro de altura con manilla y sin sistema de cierre hasta entonces- próxima al lugar donde estaban aparcados los vehículos de Roy y Bernardo. Huellas, además, pese a que no consta que entrara allí persona alguna desde que en el 2014. Este pasadizo permitía, como también recoge el auto definitivo en el que la jueza atribuye a los hermanos varios delitos, incluido el de homicidio, acceder a la galería de tiro y demás dependencias «sin ser detectado por cámara alguna, pudiendo acceder al despacho de Celso y efectuar el disparo que causó la muerte, siendo el vehículo que conduce Roy el que aparca en las proximidades de esa puerta además del otro vehículo aparcado por la mañana del día 9 de abril».

La jueza ordenó simular el recorrido por ese espacio justo antes de detener a los gemelos en enero

«Descubierto» en octubre de 2016, aún sin sospechosos

Con la causa abierta, vistas las reticencias de la jueza para archivar un suceso que en principio se presentó como suicidio y con varios frentes abiertos en la investigación, el papel se iba acumulando. Secreto. Seguramente por ello fue el propio comisario, entonces Antonio Álvarez, quien llamó al juzgado para indicar el 27 de octubre del 2016 -nueve meses después del encuentro de arquitectos y pasado medio año de la muerte de Celso Blanco- que había aparecido una puerta sospechosa. Una diligencia del día siguiente, de la que solo tuvo conocimiento la fiscalía, dejaba constancia de la llamada para comunicar «que han descubierto una puerta pequeña que se encuentra en la zona no grabada por las cámaras en la planta menos uno, donde se encontraban los coches de Roy y Bernardo D. L., que comunica esa zona con la galería de tiro».

Pedía autorización para el acceso e inspección ocular.

Los gemelos ya estaban entonces bajo sospecha, aunque no de homicidio, sino del envío de los anónimos y sustracción de armas, que la UDEV había investigado en las diligencias abiertas en otros dos juzgados.

De hecho, un informe de esa unidad del mismo 27 de octubre del 2016 indicaba que el círculo de amistades del fallecido se reducía a los dos hermanos. «Es probable que en connivencia con estas dos personas, (Celso) pudiera estar relacionado con el envío de los anónimos en los que se involucra a funcionarios de comisaria con el robo de seis armas». Aquel escrito añadía que en la comisaría se había extendido el rumor de que el autor de los anónimos era Bernardo, que estaba de baja desde enero del 2016.

Con el golpe de noviembre del 2015 contra el grupo de drogas, por un anónimo a Asuntos Internos, las dudas sobre el origen del chivatazo se dirigían a otro policía, del entorno de estupefacientes, pero pronto se reorientaron los rumores solo a Bernardo.

Un equipo de la comisaría general de policía científica encontró huellas de una mano

El «descubrimiento» de la puerta en el garaje llevó a que la instructora autorizara, como le pedía la policía, una investigación de ese espacio. Un equipo de la sección de Inspecciones Oculares de la Unidad Central de Coordinación Operativa se trasladó a Ourense en las mismas fechas de octubre del 2016. Se les pedía que determinaran si algunos espacios habían sido utilizados por personas no autorizadas o distintas a las habituales. Pidieron los planos y los aportaron. Como también fotografías del llamado pasadizo, que corresponde con la cámara de registro de instalaciones de renovación de aire. Son 35 metros de largo, siete de ancho y una altura de 1,4 metros, donde hay un tubo que sirve para extracción de gases de la galería de tiro y otro para la distribución del airea condicionado. No aparecieron rastros de que alguna persona hubiera podido moverse, subir o bajar, auxiliado por una cuerda. De todos modos, según advierten estos especialistas, si esta fuera de material sintético, como las de escalada, apenas dejaría marcas. Ven posible, no obstante, que una persona se pudiera mover por ese espacio.

La primera inspección ocular del pasadizo permitió, por otra parte, hallar varios grupos de huellas palmares producidos por una mano derecha sobre el conducto del aire acondicionado. Se presume que puedan tener su origen en el uso de ese conducto como apoyo, quizás para servir como guía a la hora moverse por el interior.

Acceso sin autorización

Los informes del Área de Arquitectura de la Dirección General de la Policía indican que desde el año 2014 no se ejecutaron obras que exigieran el paso de personal por esta zona, de lo cual se deduce que quien accedió lo hizo a título particular y sin autorización para ello.

A las huellas, en cualquier caso, no se les concede valor identificativo, salvo que sirvan para cotejar el tamaño de las manos, siempre que exista una huella palmar con la que compararla.

En el año 2005 se habían reparado los conductos en ese espacio y más recientemente, en el 2014, se renovaron las paredes interiores de la galería de tiro.

Que el día 9 de abril del 2016 se hubiera colado alguien oculto en un coche, subiera por ese conducto hasta la quinta planta y volviera a salir, metiéndose de nuevo en el coche, ajeno a las cámaras, es la posibilidad que sustenta la tesis del homicidio.