Leo Bassi: «Ya no me meto con la iglesia, el papa Francisco me ha quitado todos los chistes»

x. m. r. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

El actor y cómico participó en la Miteu con «El último bufón»

18 abr 2018 . Actualizado a las 22:12 h.

Leo Bassi recuerda con especial cariño y respeto una frase que le descerrajó su abuelo en los años de juventud e inicio en el oficio de malabarista. Lo marcó a fuego y le sirve como filosofía de vida: «Hay que ser orgulloso para apellidarse Bajo. Más bajo no vas a caer y solo te queda trabajar para ir hacia arriba». Anda de bolos con su montaje El último bufón y lo hace conviviendo con sentimientos contradictorios: ser el último de una saga familiar que lleva desde el año 1840 dedicándose al circo de manera ininterrumpida -él representa la séptima generación- e implicarse en agitar las conciencias y formar a las nuevas generaciones para que sean críticos y no se dejen amansar por el sistema.

Antes de la representación de su montaje participó en un encuentro con los medios de comunicación para hablar de esta propuesta que repasa su trayectoria profesional y vital. Y, cómo no, para responder a cuestiones sobre lo divino y lo humano.

«Vi explotar la bomba atómica»

El último bufón aprovecha para la puesta en escena documentos audiovisuales relacionados con la familia y la trayectoria profesional del actor y cómico. Desde una grabación original de los hermanos Lumiére en la que aparecen sus antepasados en el Circo Rancy -era 1896- a una actuación suya como malabarista en los años 70. Y en Ourense incluyó como novedad material inédito: «Yo vi explotar la bomba atómica. En Estados Unidos se podía ir a ver los ensayos que hacían con estas bombas y mis padres acudieron una vez. Mi papá tenía una cámara para filmar y allí aparezco. Obviamente no me recuerdo de nada, porque era un bebé, pero es una grabación que acabo de recuperar y se va a poder ver en Ourense por primera vez».

Añora el mundo del circo -«aunque la sociedad ha pasado se la carpa a la red (Internet)»-, tiene un canal donde se pueden ver las misas de su Iglesia Patólica y reconoce que no carga con la religión porque está desarmado: «Ya no me meto con la iglesia, el papa Francisco me ha quitado todos los chistes. Era fácil con Benedicto XVI, que era muy reaccionario, o Juan Pablo II, que aún lo era más, pero Francisco me fastidia todos los chistes porque no puedo cuestionar lo que dice. Que es lo que decía yo hace años. Así le va, que tiene de enemigos a la Cope, al cardenal de Toledo... ¡Yo de él no me tomaría un café en el Vaticano!».