La UD Ourense alega hambre de éxitos para el tramo final

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Nacho Currás subraya la ambición de su plantilla desde el inicio

18 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nacho Currás representa la cara más vehemente del binomio técnico que forma con su hermano Fernando, al frente de la UD Ourense. El segundo entrenador es, además, un buen conocedor de la Preferente y la Tercera División, por lo que sus apreciaciones cobran un notable valor a estas alturas del curso.

«Nuestra plantilla está trabajando muy bien todo el año, pero sobre todo desde que recuperamos a una serie de lesionados como Alfredo, Hugo y Fran, lo que ha servido para incrementar el nivel de las sesiones», explica Currás Gallego, quien también se hace eco de la evolución positiva de los ourensanistas a lo largo de la campaña competitiva: «Desde el principio vimos a un equipo con mucha hambre por hacer cosas interesantes este año, pero tenemos que recordar que la mayoría de los jugadores del once tipo no habían jugado nunca juntos y después tuvimos una fase en la que notaron la ansiedad».

En ese sentido, Nacho evalúa también la importancia de contar con un millar de espectadores en muchos partidos, «cuando no 2.000», y en el proceso de adaptación de varios de sus futbolistas. Un viaje en el que tiene claro que ha sido importante la solidez que ha logrado el conjunto en su zaga: «Poco a poco se han ido adaptando a la forma de jugar necesaria en esta liga, pero tampoco podemos olvidar lo que nos aportó la llegada de Vieytes, tanto por su capacidad defensiva, como por lo que transmite y lo que ayuda a los compañeros colocándolos en el campo».

Con todos esos condicionantes, Currás se ratifica en un discurso que comparte con sus compañeros de cuadro técnico, plantilla y afición, que encaran con optimismo la recta final de una disputa quizás más multitudinaria de lo esperado en un principio: «Puede que esperáramos menos rivales a estas alturas, pero éramos muy conscientes de la dificultad de un torneo como el de la Preferente, por el tema de los árbitros, los campos y otras situaciones que lo complican mucho». Nacho también extrae una lectura positiva de la forma en que los rojillos han salido de algún bache importante: «Cuando peor vi al equipo fue tras el batacazo de Campo Lameiro, pero se levantaron bien y, ahora, tras recuperar a los lesionados vemos a una plantilla que acumula el trabajo de cuatro entrenamientos semanales y que también está muy motivada».

Antes de mirar a la crucial salida a Moaña, el técnico ayudante, se centra en el próximo reto, en O Couto ante el Gondomar: «Nos lo puso difícil en la primera vuelta y la verdad es que esperábamos que estuvieran tan abajo, son rápidos en la transición por banda y peligrosos arriba».