«Los profesores en España son buenos pero faltan recursos económicos»

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

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La ourensana Ana Ortiz está cursando un máster de Investigación Biomédica en Holanda con una beca La Caixa

17 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Ortiz (Ourense, 1994) se encuentra entre los 65 estudiantes españoles que han recibido una beca de La Caixa para cursar un posgrado en Europa. Concretamente reside en Enschede, una ciudad al noroeste de Holanda, desde septiembre de 2017. «Me gusta este lugar porque es tranquilo y vamos a todas partes en bicicleta. Sin embargo el clima no lo llevo muy bien porque llueve demasiado», cuenta entre risas consciente de que Galicia tampoco se queda corta en lo que a precipitaciones se refiere.

Se graduó en Nanociencia y Nanotecnología por la Universidad Autónoma de Barcelona y se especializó en Bionanomedicina en la Universidad Técnica de Sídney (Australia). Sobre cómo descubrió a qué se quería dedicar cuando fuera mayor hace referencia a una prima suya que estudió Medicina y a una curiosidad temprana por la investigación. «Cuando estaba en el instituto la asignatura que más me gustaba era Biología y cuando tenía tiempo libre solía leer revistas de divulgación científica. Así fue como empecé a descubrir los avances que se estaban dando en áreas como la nanotecnología y las nanopartículas de oro para tratar el cáncer», explica desde el otro lado del hilo telefónico.

Hizo prácticas en el acelerador de partículas Sincrotrón Alba de Barcelona -el único laboratorio especializado de España en la materia- en el que se estudió, entre otras cosas, la estructura de las proteínas y determinados medicamentos. Pero el proyecto que más le gustó fue uno en el que participó en la universidad, estando en Australia. «Allí estuve investigando sobre nanopartículas para el tratamiento del cáncer, que son como vehículos que llevan la medicación directamente a las células cancerígenas sin dañar las que están sanas a diferencia de la quimioterapia», puntualiza.

El método de impartir las clases es diferente al español, según ha podido comprobar Ana. «Nosotros ahí vamos al aula a escuchar al profesor casi todo el tiempo y al llegar a casa pasamos apuntes o hacemos trabajos. Aquí las clases son muy cortitas y solo nos dan las bases sobre un tema. El resto del día lo dedicamos a resolver problemas que nos plantean o a investigar», afirma.

«La carrera que hice ya es muy específica pero yo quería especializarme aún más y la verdad es que no hay muchas opciones entre los másteres actuales. Así que me decidí por este de Investigación Biomédica. Y una de las cosas que más me gusta es que podemos hacer nosotros mismos nuestro plan de estudios con los temas que más nos interesan», cuenta sobre una formación individualizada en la que los profesores se centran en las preferencias particulares de cada alumno. «Y por otro lado comparto aula con estudiantes de ingeniería Química, de Nanotecnología o de Física y eso es importante porque lo que estudio es una disciplina muy transversal en la que cuanto más global y amplia sea tu visión, mejor», destaca.

«Después del máster me gustaría poder hacer un doctorado sobre algo relacionado con la Nanomedicina y poder dedicarme a la investigación y la docencia universitaria. Pero tampoco quiero descartar otras oportunidades que puedan surgir», apunta deseando encontrar un hueco laboral en su país de nacimiento, aunque sabiendo que es complicado. «En España no se invierte tanto como en otro países europeos en el área de investigación», finaliza, no sin antes poner de relieve que los profesores en España son muy buenos pero «faltan recursos económicos».