El agua termal de As Burgas mejora a los pacientes con fibromialgia

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Miguel Villar

Un estudio revela que los avances se mantienen seis meses después del tratamiento

13 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucho se ha hablado de los poderes de las aguas mineromedicinales de As Burgas. Sin embargo, hasta ahora no se había llevado a cabo un estudio en profundidad para comprobar el efecto que los baños en la piscina termal de la zona histórica tenían sobre una dolencia. Ese vacío ya está cubierto por un análisis que se ha desarrollado desde la Escuela Universitaria de Enfermería de Ourense, y que contó con la colaboración del Concello de Ourense. Los resultados del trabajo científico desarrollado durante un año por Natalia Calvo y Reyes Pérez dejan un mensaje esperanzador para los pacientes que sufren fibromialgia. Y es que el trabajo llegó a la conclusión de que los enfermos que recibieron baños en la piscina termal de As Burgas experimentaron una mejoría de hasta 18 puntos en su estado. Y no solo eso, sino que esa sensación se prolongó hasta seis meses después de realizarse el tratamiento.

En el proyecto participaron 56 pacientes -lo finalizaron 41-, que fueron entrevistados y se les realizaron diferentes mediciones y también recibieron pautas de educación sanitaria. Fueron divididos en dos grupos y pasaron por dos fases diferentes. En la primera fase, el grupo A recibió durante un mes catorce baños en la piscina termal, además de continuar con el tratamiento prescrito por su médico. Por otra parte, los del grupo B siguieron con su rutina habitual. Se tomaron mediciones y hubo un período de descanso de tres meses. En la segunda fase se invirtieron los papeles para ver la evolución de los pacientes de cada grupo.

Pues bien, el impacto de la fibromialgia al inicio del análisis en el grupo A fue de 78 puntos sobre 100 -el baremo utilizado es un cuestionario de impacto de la enfermedad que puntúa de cero a cien en función de diferentes síntomas como el dolor, el insomnio o la rigidez articular- mientras que al finalizar los baños esa cifra había descendido 16 puntos hasta los 62. Al cabo de un mes estaba en 66 y a los tres meses en 64. Es decir, catorce puntos menos que al principio. Es más, tras un período de descanso de seis meses los miembros de este grupo continuaban con una mejoría idéntica.

Por su parte, el impacto en el grupo B, antes de los baños en la fase 2 del estudio, fue de 77 puntos sobre 100. Al finalizar los baños, se produjo un descenso en el impacto de 18 puntos al rebajarse hasta los 59. A los tres meses se situaba en 65. «En conclusión, se observa que se consigue una reducción de aproximadamente de entre el 18 y el 20 % sobre el valor de medición inicial, es decir, una mejoría importante de la sintomatología en estos pacientes, y que estos efectos beneficios, se mantienen más de seis después de finalizar los baños con aguas mineromedicinales», explican las autores del estudio.