«En el equipo de Sito Miñanco hubo mucho trabajo para ganar»

OURENSE CIUDAD

J.L. ABALO

Dibuja, Bericat y Cacharrón afrontaron el reto de seguir a Mario Guede a tierras de O Salnés

12 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Detenciones, libros secuestrados, series de televisión e incluso un reciente asalto a la casa de Manuel Charlín. El narcotráfico gallego y la figura de un Sito Miñanco, teatralizada en la pantalla por Javier Rey- nos hacen rememorar escenas futbolísticas de finales de los años ochenta, cuando el Club Juventud de Cambados tocó su techo histórico, llegando a la Segunda División B.

Entrenados por el hoy edil del Concello de Ourense, Mario Guede, en aquella exitosa formación amarilla, que se proclamó campeona en la Tercera División, militaban exjugadores del Ourense como Carlos Fernández Bericat y José Luis Hermida Dibuja. Jugaron el último torneo en el que Miñanco ostentó la presidencia del club, aunque muchos aseguran que su vinculación fue estrecha en los años siguientes, ya en la categoría de bronce nacional. Para el espectacular estreno se incorporaron el dezano Javier Montoto y un chaval bien conocido por Guede, Óscar Cacharrón, futbolista natural de Montederramo que había militado en la Cultural Leonesa -también en Segunda B- durante sus estudios de Veterinaria.

Dibuja recuerda con cariño aquella época, aunque desmitifica un tanto alguna escena de la serie televisiva: «Se habló mucho de aquel equipo, que si el dinero de Sito, los grandes sueldos o mariscadas semanales que yo, la verdad, no recuerdo. Lo que puedo asegurar es que en el equipo de Miñanco hubo mucho trabajo para ganar los partidos y, en nuestro caso, un gran esfuerzo para ir a entrenar cuatro días a la semana a Cambados y uno más para jugar. Bericat y yo íbamos a O Carballiño y ahí se nos unía Mario, que venía de trabajar de Cortegada. Llegábamos de vuelta a las doce de la noche y al día siguiente a trabajar».

El atacante que surgió de la prolífica cantera del Carrera debutó en el primer equipo del Ourense antes de iniciar su etapa en el Valladolid, desde donde volvió a O Couto, antes de tomar la dirección hacia Cambados: «Yo acababa mi vinculación en el club y decidí embarcarme en la aventura de Mario. La mayoría fuimos por él y supo mezclar a los jugadores de casa, a los de Pontevedra o a los de Vigo con los que llegamos de fuera».

En cuanto a Miñanco, Dibuja recuerda que por entonces se hablaba de su vinculación con el contrabando de tabaco: «Era un hombre cercano, al que apoyaba mucha gente por allí. Venía a menudo al vestuario y se preocupaba por si necesitábamos algo, a nosotros en particular siempre nos preguntaba por el viaje desde Ourense».

Al concluir la memorable campaña de Segunda B, se desarrolló la Operación Nécora y, aunque el Cambados continuó en la categoría, los ourensanos optaron por abandonar el club: «Ya casi habíamos decidido marcharnos, cuando comenzaron las redadas ya estábamos en Ourense, porque había terminado la temporada, pero de todos modos, nunca hicimos vida allí. Entrenabas o jugabas y volvías enseguida a casa».

Viaje a Panamá y Venezuela tras el ascenso a la categoría de bronce nacional

Una de las más sonadas peculiaridades del Cambados que dominó la Tercera División y se estrenó en la categoría de bronce fue el viaje en plena pretemporada a Panamá y Venezuela, del que se comentó que había sido una recompensa costeada por el propio Sito Miñanco, que abandonaba su cargo de presidente.

Los jugadores ourensanos admiten desconocer quién se hizo cargo de los gastos de aquel desplazamiento, en el cual disputaron partidos amigables contra equipos de los centros gallegos y distintos clubes locales. Un total de cinco, de los cuales no perdieron ninguno, pese a que se comentó en su día que los excesos fueron notorios, algo que niegan en la ciudad de As Burgas: «Fue una expedición similar a la de cualquier equipo, con las lógicas recepciones de los emigrantes y alguna que otra comida especial».

En particular, José Luis Hermida Dibuja, que reconoce ver la serie televisiva con asiduidad explica: «Es una ficción y nadie afirma que todo sea real. En el capítulo en el que se recreó el partido de fútbol, aparecían todos los capos en el campo y yo nunca vi a ninguno de ellos, ni había colombianos por la zona ni nada por el estilo. Solo conocí a Sito y a sus colaboradores».

Aquella plantilla que dio el salto a Segunda B volvió a reunirse hace unos años, cuando se cumplió el vigesimoquinto aniversario de la gesta. Un Sito Miñanco condenado por narcotráfico no formó parte de la celebración, pero su figura sigue levantando polémica y generando debates.