Descubrir el mundo universitario a través de los ojos de un niño

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Alumnos del colegio San Pío X visitaron las aulas de la Facultad de Ciencias de la Educación

10 abr 2018 . Actualizado a las 20:05 h.

Entender que la diferencia fundamental entre el colegio y la universidad radica en la autonomía del individuo fue lo que aprendieron ayer los alumnos de quinto y sexto de Primaria del colegio San Pío X.

Invadieron los pasillos y las aulas de la facultad de Ciencias de la Educación acompañados de sus profesores, que se formaron entre los mismos pupitres que ayer compartieron con los estudiantes de primero de grado. «Planificamos estas actividades con la intención de acercar a los niños al campus de Ourense y al entorno universitario porque cuando uno es pequeño se puede tener una imagen lejana y abstracta de lo que es que no se corresponde con la realidad», explica sobre el origen de la iniciativa el docente del centro educativo David Rial.

Entre las actividades en las que ayer participaron está la visita al Museo de la Cornamusa -integrado en el campus y de parada obligatoria para los más curiosos-, recorrieron el Paseo da Igualdade y la biblioteca universitaria, el museo pedagógico, que guarda en su interior juguetes hechos con restos de ordenadores antiguos, y conocieron el primer modelo de computadora (del año 1987) que adquirió la Diputación y que actualmente se ubica en el recibidor de la Facultad de Informática. Ordenador que, para curiosidad de muchos, era tan o más alto que algunos de ellos.

Sin embargo, lo que más le gustó a Aimar, de quinto de Primaria, fue conocer a la bibliotecaria reconocida por Saber y Ganar. Y el pequeño puede presumir de haber dejado a la concursante sin respuesta. «Le pregunté que cuánto tiempo había estudiado para poder participar y me dijo que no sabía, que mucho tiempo», cuenta agitado por la emoción. Y con la desvergüenza característica de su edad añade: «No me voy a lavar la camiseta por si me trae buena suerte que me haya tocado».

También pudieron sentarse entre los que se están preparando para ser futuros profesores y preguntarles todo aquello que se les iba pasando por la cabeza. «¿Tenéis recreo?» o «¿Cómo son vuestros deberes?» fueron algunas de las cuestiones que los más pequeños lanzaron a unos tímidos universitarios a los que les costó responder.

Las risas sonaron con fuerza en el aula del primer piso de la facultad ante la disyuntiva planteada a los de Primaria sobre si es mejor trabajar en grupo o individualmente. Uno de los más pizpiretos respondió que mejor en grupo, porque así eran los compañeros los que se encargaban de todo. A lo que recibió una respuesta sensata de un potencial docente: «Mejor en grupo, pero porque así queda reflejado en el trabajo lo mejor de lo que cada uno puede aportar».

Catalina fue otra de las pequeñas que se atrevió a preguntar, aunque no en voz alta porque la timidez se lo impidió. Se acercó al oído de la profesora y le trasladó su inquietud: «¿Qué pasa si yo de pequeña quiero estudiar una cosa y de mayor otra diferente?». Su cara de alivio causó ternura cuando le explicaron que no se trataba de algo grave y que se puede cambiar de opción mientras uno está creciendo no solo una, sino varias veces.

Que en la universidad ya casi no se trabaja con libros -por lo menos en las clases- y que se hace a través de una plataforma virtual es otra de las diferencias que descubrieron ayer. Aunque aquí algunos se decantaron más por el papel que por las nuevas tecnologías.

La actividad, organizada entre el colegio y la facultad, se enmarca dentro de las programadas por el centro escolar con motivo de su cincuenta aniversario. Una visita que se quedará grabada en la retina de algunas alumnas de sexto que no dejaban de observar las paredes decoradas con carteles y motivos feministas. Una visita en la que también descubrieron quién es un tal Foucault y en qué consiste el péndulo que inventó.