El presidente de la IXP Castaña de Galicia, Jesús Quintá, dice que el sector está a la expectativa de que haya suficiente Torymus para frenar la plaga
30 mar 2018 . Actualizado a las 11:03 h.Dentro de dos meses empezará la suelta masiva de Torymus sinensis, el antagónico de la avispilla del castaño, que ejerce el control biológico sobre la plaga que ya afecta al 100 % de las zonas de producción de castaña. Jesús Quintá, presidente de la IXP Castaña de Galicia, está a la expectativa de los resultados y de que el número de ejemplares sea el suficiente para tratar de frenar la expansión de este insecto, que en Italia mermó la cosecha en un 80 %. La elevada demanda que existe en toda Europa para conseguir ejemplares genera preocupación en el sector por si no hay existencias suficientes para frenar la plaga.
-La comisión de Agricultura del Parlamento aprobó recientemente una proposición no de ley sobre la plaga. ¿Qué opina?
-Estuvimos dando la lata seis o siete años para poder conseguir algo. Ahora llega la avispilla a Canarias y les hacen más caso. Realmente es una buena noticia que los políticos se preocupen de un problema en el que el sector llevamos trabajando años.
-¿Cuándo empiezan las sueltas?
-Van a empezar a soltar en un par de meses. Habilitaron 2,5 millones de euros para la compra de Torymus. Está previsto que repartan más de un millón de ejemplares y no sabemos si será suficiente hasta que no esté extendido por los soutos. En Galicia, y a pesar de las prohibiciones del Ministerio de Agricultura, fuimos más ágiles que, por ejemplo, Italia en su momento, y todo hay que decirlo, fue gracias a la presión del sector.
-¿Cómo repercutirán en la próxima campaña?
-Es muy precipitado hablar de cosecha, pero no podemos olvidarnos de que en Italia llegaron a perder el 80 %. Aquí se está actuando más rápido y con ese mismo porcentaje de merma sería muy complicado mantener a las empresas y a los productores. Si se consigue controlar la plaga y perdemos un 30 % nos damos por satisfechos. No sabemos lo que va a pasar realmente porque no tenemos precedentes en otros países de una actuación tan rápida.
-¿Llegarán las sueltas a todas las zonas afectadas?
-Es muy importante que se denuncien los lugares en los que se detecte la presencia de avispilla para efectuar sueltas de Torymus. En la IXP tenemos en mente convocar a los alcaldes de todos los ayuntamientos en los que hay producción para explicarles la situación y pedirles que reclamen medidas y se impliquen. También queremos poner en guardia a almacenistas y a operadores.
-¿Cómo se ha extendido?
-El pasado año calculábamos que estaba extendida en un 80 % del territorio gallego, fundamentalmente en Ourense, Lugo y en la zona centro, que abarca Lalín, O Deza y Melide. Este año pensamos que ya está en todas partes, aunque no lo pudimos comprobar porque todavía no le salieron las hojas a los castaños, pero al ritmo que se extendió no cabe pensar otra cosa.
-¿Afectará a la economía?
-A pesar de los problemas y de lo que dijera alguna persona por ahí, vinculada con el eucalipto, la castaña es una alternativa para muchas zonas rurales y para la economía de Galicia. Estamos trayendo de fuera 10.000 toneladas de castaña para transformar en Galicia, que es donde están las mayores industrias, las comercializadoras y más del 50 % de la producción de España. Tenemos un problema, y es que no hubo una reorganización de los soutos en su momento para producir un fruto de calidad. Nos hacen falta plantaciones que se puedan mecanizar.
-¿Se puede vivir de la castaña?
-Está comprobado que una familia con seis o siete hectáreas de castaños va a poder vivir bien con esta producción como actividad principal. Tiene un problema, y es que hay que esperar años para conseguir un fruto de calidad. Pero la realidad es que existe una enorme demanda y para transformar en Galicia. Los países ricos aumentan progresivamente su consumo.
-¿Qué opina sobre la polémica generada castaños-eucaliptos?
-Los castaños, con una distancia de diez metros y cuidado, de por sí no arden y es difícil que los traspase el fuego. Son los mejores desde el punto de vista biológico. Donde hay castaños es fácil ahorrar en prevención de incendios, que es algo que pagamos entre todos. Durante años los soutos fueron los grandes olvidados, pero no dejaron de producir una renta. En Galicia se recogen más de 20.000 toneladas para comercializar y el sector aporta más de 100 millones de euros en zonas deprimidas y con un volumen de mano de obra muy fuerte.