«Emocionalmente esta profesión no es fácil; si no te apasiona, quema mucho»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Antía Sobrino, vicepresidenta del Colexio Oficial de Traballo Social, repasa la situación actual de un colectivo que reivindica más efectivos

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer se celebró el Día Mundial del Trabajo Social, una profesión con múltiples campos de actuación y que ha ido adaptándose a una sociedad cada vez más demandante de servicios enfocados a la mejora de las condiciones de vida para garantizar la protección de derechos básicos. El trabajo social tiene hoy un enfoque mucho más complejo que aquél para el que se formaron las profesionales españolas en las primeras escuelas que se pusieron en marcha, en Barcelona y Madrid, en el primer tercio del pasado siglo. Hoy esa formación pasa por las universidades y está presente en el día a día de los ciudadanos desde múltiples organismos e instituciones. Galicia cuenta con el tercer colegio profesional más grande de España, con cerca de 2.800 inscritos, que ahora prepara la puesta en marcha de delegaciones provinciales.

-¿Cree que el ciudadano es consciente y valora su labor?

-Yo creo que las personas que han contactado con nosotros en alguna ocasión sí la valoran. Somos las personas que servimos de desahogo a vecinos que muchas veces vienen pidiendo información pero que en realidad atraviesan por una situación de estrés emocional en la que lo que necesitan es que les escuchen. Vemos diariamente situaciones muy, muy difíciles, pero la satisfacción que sientes cuando ayudas a una familia a salir de una situación complicada es impagable. Te compensa todos los esfuerzos. Emocionalmente esta no es una profesión fácil; si no te apasiona, quema mucho. Te tiene que gustar.

-¿Qué salidas tiene?

-Podemos trabajar en muchos campos diferentes. Lo más conocido son los servicios sociales municipales, pero también estamos en el campo de la educación, en el de la justicia, a nivel del Sergas tanto en hospitales como en centros de salud, en residencias, en asociaciones de enfermos, en centros de menores o que atienden a personas con discapacidad o a mujeres víctimas de violencia de género, e incluso en empresas privadas. También hay profesionales autónomos o que se dedican a la formación.

-¿Es un sector sin paro?

-Hay paro, pero no tanto como en otras profesiones de la rama social. Lo que sí tenemos en trabajo social es mucha precariedad porque muchos contratos que se hacen son temporales, están vinculados a subvenciones que cubren solo seis meses o un año y eso impide además una adecuada continuidad en el servicio. También se da la paradoja de que aunque hay gente parada, por otro lado hay sobrecarga en los profesionales que están ahora mismo trabajando porque realmente en muchos sectores se necesitarían más efectivos para realizar correctamente la labor y poder intervenir correctamente y plenamente y no estar limitadas a ser gestores de recursos, simplemente tramitadores de ayudas.

-¿Por qué no se hace?

-Supongo que por un mal entendido ahorro, porque a la larga, si tuviésemos más efectivos habría más tiempo para analizar correctamente las necesidades de cada caso. A veces no es cuestión de tramitar por ejemplo el cobro de una renta de integración, una Risga, sino que se puede trabajar con esa persona en orientación social y laboral para que pueda mejorar su situación y pasar de cobrar esa paga mínima a que pueda tener un trabajo que le permita pagar sus necesidades básicas. De alguna manera, sobre todo desde la Administración pública, se está infrautilizando nuestras capacidades resolutivas, relegándonos a un papel meramente administrativo. Queremos poder intervenir de verdad con las familias y ser un elemento que les ayude a un cambio real en su vida.

-¿Cómo es la situación en la provincia?

-En ese sentido es similar. En el rural hay profesionales que llevan incluso varios municipios a la vez. Están de puesto de información para cualquier tipo de prestaciones y ayudas, incluso de la Seguridad Social o del servicio público de empleo, con lo cual concentran una gran demanda porque suelen tener que llevar también la coordinación del servicio a domicilio que es muy importante y compleja, estar atentas a cualquier ingreso hospitalario que pueda producirse de usuarios mayores, y un sinfín de aspectos más.