Un laberinto de cuatro mil vehículos desmontados esperando una segunda vida
11 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque nunca lo hayas pisado, casi seguro que algún elemento de tu coche ha tenido que pasar por sus manos. Es uno de los desguaces de referencia de Galicia. Gómez Alén es un laberinto, casi un parque de atracciones para los amantes del motor. En medio de una gran mole de varios pisos, todo es orden. Aunque no lo parezca.
Manuel y Antonio Gómez Alén abrieron el desguace hace 30 años. Empezaron de cero, comprando poco a poco terrenos. «Traballaba nun taller e tiven que deixalo por unha alerxia, entonces empezamos con isto», relata Manuel. Así, sin abandonar el mundo del motor y de los coches, comenzó una nueva andadura profesional que hoy se cuenta en los 45.000 metros cuadrados del negocio. Desde lo alto de un edificio de la empresa no duda cuando se le pregunta por la cantidad de coches que hay almacenados: «Son catro mil, témolos contados». Aunque a simple vista parezcan un montón de vehículos amontonados, todo está organizado por marcas. «Aquí está Renault, aí Peugeot, aí Citroën...» relata, mientras una grúa eleva uno de los coches y lo deposita encima de otros que serán convertidos en chatarra, para tirar. El trabajo es continuo. Cada coche que llega al desguace se prueba y se desmonta. Lo que no sirve se tira, el resto se almacena perfectamente organizado. «É moi compricado. Se houbera un ou dous solo sería máis doado pero hai moitas marcas e modelos de coches. Isto fai que en ocasións teñamos que cambialos de sitio e ampliar a zona de almacenamento», dice.
La veintena de trabajadores con los que cuenta Gómez Alén se dividen en la atención al público en la empresa o por teléfono, mientras otros desmontan los coches y clasifican las piezas. «No mes de xaneiro recibimos 300 coches», dice para explicar el ritmo del trabajo. Si se le habla de ser referente, Manuel sonríe. «Xente ven moita, pero a maioría a buscar detalles que en ocasións tardas máis en atopalos que o que custan. Pero vendemos máis a talleres que a particulares», relata. Y dice, entre risas, que lo que más renta es vender motores. Pasearse por Gómez Alén, sin prisas, es como sumergirse en un mundo paralelo. No en vano, afirma Manuel, en más de una ocasión cedió el espacio para hacer cortometrajes e incluso, reportajes de bodas.
«Se tivera máis anos ampliaba o negocio, porque querería que fose máis grande»
Desguaces Gómez Alén es para Manuel más que un negocio, es su vida, ya que consiguió convertir en profesión su pasión: el mundo del motor. Por eso afirma: «Se tivera máis anos ampliaba o negocio, porque me gusta e querería que fora máis grande». En todos estos años cambiaron muchos las cosas. Simplemente los archivos dieron paso a los ordenadores y la informática, aunque de momento no tenga todas las piezas clasificadas en el ordenador: un trabajo de chinos. Ni falta que le hace, podría pensar uno pero el cambio es constante: «Antes había menos coches e era máis fácil».
Aunque Ourense es el referente, la mayor parte del negocio viene de Santiago. «Ourense está moi parado. Nótase a crise, nós vendiamos tres veces máis que agora. A xente tira cos coches porque non pode reparalos». Por eso, aunque le han ofrecido terrenos colindantes para ampliar, no se ha decidido. Lo que sí tiene claro es que hay relevo. «Teño varios fillos traballando aquí e se queren seguir poderán. Traballadores son e gústalle porque lévano dende nenos. Formámolos nós porque é moi necesario que saiban o que fan», dice.