La torre del Miño se hace hueco lastrada por el parón urbanístico

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

En el sector se descarta que las obras de construcción empiecen a corto plazo

23 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos de los proyectos urbanísticos más mediáticos del plan del 2003, y que se salvaron por la vía de la ordenación provisional y están también contemplados en el plan que se cocina en el Concello de Ourense, son sendas torres en la margen derecha del río Miño. Una de ellas se encuentra ubicada en la zona de O Ribeiriño, justo enfrente de la sede de la Policía Local. Es la conocida como área de reparto AR-43-N, Eira Vella. En la licencia concedida por el Concello de Ourense se contempla un proyecto básico de construcción de una torre de 19 plantas, entre las que se incluyen dos para oficinas. Estaban diseñadas inicialmente un total de 115 viviendas privadas en una superficie de casi 9.000 metros cuadrados.

En las últimas semanas las máquinas llegaron a la zona para realizar un movimiento de tierras que ha levantado gran expectación entre los viandantes que a diario pasean por el espacio. Pese al tímido desembarco en la parcela, desde la constructora Copasa prefieren no realizar ningún tipo de valoración sobre esta actuación urbanística. Sin embargo, fuentes del sector descartan que los trabajos de construcción de la torre empiecen en corto plazo. De hecho se da por seguro que la actuación estará lastrada hasta que la ciudad no salga del parón urbanístico en el que se encuentra.

El movimiento de tierras realizado en los últimos días en la zona de O Ribeiriño es similar al que la misma constructora realizó en la primavera pasada en los otros terrenos donde está prevista la construcción de un establecimiento hostelero, además de otra torre. En este caso, la actuación incluyó las demoliciones de viviendas del núcleo próximo al área termal y que se veían afectadas por el proyecto reflejado en el plan urbanístico para la zona AR-38-N (A Chavasqueira II). La superficie del área de reparto es de 12.000 metros cuadrados. En caso de que ambos proyectos salgan definitivamente adelante marcarán el tope de altura en las edificaciones de la capital ourensana.

Debate político

La torre prevista en la zona de O Ribeiriño fue motivo de enfrentamiento político y motivó que Democracia Ourensana diera por «reventadas» las negociaciones para la aprobación del PXOM. El partido liderado por Jácome acusó al PP de «blindar» una indemnización a Copasa al dar por silencio administrativo la licencia definitiva. «Está entre el ‘top ten’ de los robos en Ourense, ya que habría que indemnizarles con diez millones de euros», explicaba Gonzalo Jácome.

Inquietud vecinal ante el posible impacto en unos accesos desde la calle Eira Vella

Los movimientos de tierra realizados en la parcela que se prevé en un futuro acoja una torre de 19 plantas ha generado inquietud entre los vecinos de la zona. En concreto, los propietarios de viviendas en la calle Eira Vella y que, según un escrito que presentaron en el Concello, perderán sus accesos mientras dure la actuación urbanística.

El malestar vecinal fue motivo de debate en la última junta de área de Urbanismo del Concello de Ourense. A preguntas de la oposición el concejal de Urbanismo, José Jesús Cudeiro, explicó que desde la institución municipal se hará todo lo posible para tener una solución provisional mientras avanzan las obras, pero que en todo caso el vial afectado ya ha pasado a ser de titularidad privada. Desde Ourense en Común, el concejal Martiño Xosé Vázquez indicó: «O problema real é que o proxecto de urbanización non contemplaba esas medidas provisionais. Agora pouco se pode facer».

La actuación, que se encuentra en una fase inicial, se realiza en una zona muy concurrida por los ourensanos, especialmente durante los meses de primavera y verano al situarse en las inmediaciones del paseo fluvial de las riberas del Miño. La parcela se encuentra justo enfrente de una urbanización de viviendas y de la sede de la Policía Local de Ourense. Hay que recordar que en ese entorno, y antes de que se produjera la caída del plan de urbanismo, se contemplaba un aparcamiento subterráneo que diera servicio al barrio de A Ponte y que, a día de hoy, se encuentra absolutamente paralizado.