«No tenemos alumnos suficientes para cubrir lo que nos piden las empresas»

La Escuela Superior de Ingeniería Informática del campus de Ourense vive un momento dorado. El centro se ha convertido en un foco de atracción de empresas y la tasa de paro es casi nula entre sus graduados. Alma Gómez Rodríguez (Ourense, 1968), forma parte del equipo directivo del centro, trabajando para mejorar su proyección internacional.

-¿Cuántos estudiantes se han incorporado este curso al centro?

-Tenemos 94 vacantes en el grado de Informática y otras dieciséis en la doble titulación, y se han cubierto todas. La nota media de los alumnos que entran está en un 8,97 y la mínima para acceder ha sido de 7,67, con una progresión ascendente en los últimos años. Además siempre somos de los primeros centros en cerrar matrícula. Estamos viendo que se está elevando el nivel de los alumnos que entran y que hay mucho interés por incorporarse a la escuela, pero a pesar de la demanda no estamos creciendo porque no podemos ampliar el número de plazas.

-¿Ese gran interés responde al alto nivel de colocación que tienen los estudiantes del centro?

-Entendemos que sí. En estos momentos tenemos problemas para cubrir toda la oferta de prácticas que nos hacen las empresas. No tenemos estudiantes suficientes para afrontar toda esa demanda y muchas de las personas que hacen prácticas en diferentes firmas luego consiguen consolidar allí una carrera profesional, o esta les sirve de trampolín para pasar a otras. En nuestros titulados no tenemos paro y de hecho el problema que solemos tener es el contrario, que mucha gente empieza a trabajar antes de terminar la carrera, y luego no la acaba.

-Y hay empresas que han abierto sede en Ourense para captar a esos alumnos...

-Sí, ahora mismo hay varias empresas que tienen sede en Ourense, como Viewnext, filial de IBM en España, Bahía Software, Balidea, Imatia, Plexus u Optare Solutions. Son firmas que consideran interesante estar en esta ciudad para captar a nuestros alumnos y eso es algo muy bueno. Y también hay estudiantes que han creado empresas exitosas.

-¿Y ese interés no justificaría que el centro pudiese incorporar a más estudiantes?

-Nosotros creemos que existe capacidad en el mercado para asumir a los titulados que salgan de la escuela, y por lo tanto por ese lado se podría crecer, pero otra cosa es la coyuntura económica y lo que eso supondría para el centro. Nosotros somos muy cuidadosos en dar nuestra docencia de la mejor manera posible y eso también es parte de éxito que tenemos. Las empresas están contentas con nuestros titulados porque nosotros nos esforzamos en hacer las cosas bien; el incremento tendría asociado un coste.

-¿Cuál es ahora mismo el porcentaje de mujeres en la escuela?

-A nivel de alumnado, estamos en el curso actual en un porcentaje del 12%, lo que supone que tenemos once mujeres entre algo más de cien alumnos de primer curso. Son muy pocas.

-¿Preocupa este asunto?

-Esto es algo que preocupa a la profesión porque informática es la ingeniería con el porcentaje más bajo de mujeres actualmente, mientras que hace veinte años no era tan exagerado. Cuando yo estudié las mujeres éramos el 30 % de los estudiantes, pero ahora estamos viendo que apenas hay interés y que se está perdiendo un capital humano importantísimo.

-¿Y qué se puede hacer para revertir la situación?

-Se están haciendo actividades para fomentar vocaciones en el sector, porque resulta extraño lo que ocurre teniendo en cuenta que se trata de un sector con una empleabilidad tan alta. Tenemos que hacer ver que hoy la informática está en todos los sectores y que también contribuye a mejorar la vida de muchas personas.

-¿Cuánto tardan los alumnos en terminar la carrera?

-La duración media de los estudios es de 4,96 años, casi un año más que la real del grado. Esto suele ser porque en muchos casos los alumnos tardan en presentar el trabajo de fin de grado.

«El campus tiene que significarse para intentar atraer alumnado de fuera»

Como subdirectora de relaciones internacionales, Alma Gómez coordina los programas de intercambio y la movilidad de los estudiantes, que es positiva.

-Tenemos muchos convenios con universidades extranjeras, principalmente de Europa, y programas de intercambio internacional. Ahora mismo estamos enviado dentro del programa Erasmus entre quince y veinte alumnos todos los años y también mandamos estudiantes a países como Malasia.

-¿Son dinámicos los estudiantes a la hora de hacer las maletas?

-Depende de los cursos, pero la verdad es que nosotros les ofertamos muchas opciones y todos los que se quieren ir, se van, aunque no sea a la universidad que ellos pidan como primera opción, porque las que son de habla inglesa tienen mucha demanda.

-¿Tienen mucha tasa de abandono en el centro?

-Para ser una ingeniería estamos en niveles bastante positivos ya que la tasa de abandono de los alumnos que se matriculan en la escuela está ahora mismo en el 24 %. La mayoría del alumnado lo deja en el primer curso.

-Se habla muchas veces de que el campus necesitaría equilibrarse con más titulaciones científicas, ¿está de acuerdo con esto?

-Somos un campus pequeño y periférico y tenemos que ser conscientes de la situación que tenemos; creo, a nivel personal, que necesitamos un refuerzo, porque ahora mismo la mayor parte del alumnado que captamos es del entorno y en esta provincia hay un problema poblacional que todos conocemos. Por ese motivo considero que, más que decir si unas u otras titulaciones serían buenas, lo que habría es que tener una visión estratégica para significar el campus, seguramente con grados exclusivos. Creo que la idea tiene que madurarse por ahí.

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