«Quiero que los guineanos puedan formarse en Galicia»

Montse García Iglesias
montse garcía SANTIAGO

OURENSE CIUDAD

Ramón Montero / Waka Films

El viernes se estrena en Santiago una obra de teatro sobre Marcelo Ndong, formado en Ourense

11 dic 2017 . Actualizado a las 23:00 h.

Con 13 años llegó a la Ciudad de los Muchachos de Benposta (Ourense) y a los 43 el artista Marcelo Ndong regresó de nuevo a su tierra natal, Guinea Ecuatorial. Y de esos treinta años en Galicia, doce los pasó en Santiago, donde el viernes 15, en el Teatro Principal, a las 20.30 horas, se estrenará Manoliño Nguema, dous mundos que se tocan, una pieza que repasa su periplo vital y que forma parte de un proyecto más amplio, que incluye un documental que incide en los lazos que unen a España y Guinea Ecuatorial. El artista sexagenario lleva ya 17 años en su tierra de origen y creó la primera escuela de circo del país, tanto que lo consideran el padre del teatro guineano, aunque él resta importancia al apelativo: «¿Padre? Yo no soy padre de nada, pensé que se necesitaba. Soy un animador y lo que me gustaría es que los niños de Guinea se formaran fuera y volvieran para crear nuevos centros».

El artista se define como gallego-guineano. «Yo soy gallego culturalmente: hice Bachillerato en Ourense, fui a la universidad en Santiago, estuve en la escuela de circo de la Ciudad de los Muchachos...; no creo que me haya formado en otro sitio», explica. Y no tiene la más mínima dificultad para arrancar a hablar en gallego: «Crieime aquí, como me vou esquecer de falar e cantar en galego». Fue en los 90 cuando decidió regresar a su tierra. «Me he ido a Guinea porque tengo sangre africana y veo la necesidad que hay de mí en ese sitio», afirma. No fue una decisión fácil. «Me fue muy difícil, porque me sentía gallego, pero sabía que tenía una responsabilidad de volver y transmitir todo lo que había aprendido en mi oficio», relata Marcelo Ndong coincidiendo con su viaje a Galicia para representar la obra y llevar a cabo también grabaciones para el documental impulsado por la oenegé Waka Films y por la productora Fílmika Galaika, que cuenta con la colaboración de la Asociación Galega de Reporteiros Solidarios.

Este regreso fugaz a su otra tierra, de la que dice siente morriña -«en Guinea casi soy inmigrante»-, llega después de 15 años. Su última visita fue en el 2002, y encontró Galicia muy cambiada: «Ya no es enxebre». ¿Y qué recuerda de sus 12 años en Santiago? «Yo era el mimo de Santiago, no era el mimo Marcelo. La gente me conocía, me quería y me buscaba. Desplegué bastante actividad», responde. Es más, cuando fue a Francia montó un espectáculo con lo que hacía en Compostela, donde actuaba tanto al aire libre como en salas. Ourense está muy presente: «Allí me formé en los 70-80, guardo un gran recuerdo de todos los que convivieron conmigo. Voy cada vez que paso por España».

Ahora, ha querido trasladar todos esos conocimientos que adquirió en Galicia y en sus giras mundiales con el Circo de los Muchachos a su tierra natal. Esa es una de las diferencias que nota entre sus dos patrias. «Aquí la cultura se valora, pero en Guinea hay que introducirla, empezar de cero», explica. En eso trabaja. Tiene una guardería, pero también da clases a los jóvenes y creó espacios para que estos puedan ensayar. La formación es el gran déficit, según Ndong. Y ahí está también el principal mensaje que quiere mandar en Manoliño Nguema. «Hablamos de migración positiva, que un joven venga, estudie y después vaya a desarrollar todo lo que ha aprendido en su tierra. Me parece un mensaje importante para los guineanos y africanos que estamos aquí, es que tenemos unos países que necesitan de nosotros». En este sentido, indicó que hará gestiones para «abrir una vía para que jóvenes de Guinea puedan venir a formarse a Galicia y luego regresen, eso es lo que más interesa». La obra de teatro en la que se recrea la vida del artista, que le encargó su amigo Quico Cadaval, solo se podrá ver este viernes, pero a Ndong le gustaría realizar una gira por toda Galicia. «Yo soy un gallego especial y la obra es muy gallega, son los que mejor la van a entender», afirma.