Los comerciantes reclaman soluciones a la venta ambulante

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Los empresarios se quejan de que es un problema estético más que de competencia

03 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Navidad y Reyes están a la vuelta de la esquina y las compras de regalos dieron su pistoletazo de salida con el Black Friday, pero lo cierto es que los comerciantes no notan que se esté vendiendo más que otros años. En estos casos en los que el comercio se estanca siempre se pone encima de la mesa el hecho de que los vendedores ambulantes que instalan sus puestos en la calle del Paseo suponen una competencia desleal. Sin embargo, tanto las asociaciones de comercio como los trabajadores de los propios negocios achacan las pocas ventas a otros factores.

«Es cierto que algo afecta pero en Ourense supone un problema menor, tampoco hay que magnificarlo. Nosotros creemos que el que quiera comprar un producto de calidad sabe dónde puede hacerlo», explica el presidente del Centro Comercial Aberto Ourense Centro, Luis Rivera. «Lo que pasa que no es justo para aquellos que no pueden tener un negocio en un lugar tan céntrico ni para los que lo tienen y pagan impuestos y un alquiler por él», puntualiza. Desde su punto de vista se trata más de un problema de orden público que de los comerciantes. «Las administraciones son las que realmente pueden actuar. Y al comercio, ahora mismo, creemos que no le está afectando tanto. Lo que pasa que están ejerciendo una actividad por la que no están cotizando nada, ni pagando impuestos ni gastos de luz ni alquiler, como sí tienen que hacer otros», señala Rivera.

Lo cierto es que este tipo de venta ambulante está más dispersa y se realiza con más alternancia, de tal modo que no siempre son los mismos los que se colocan en el espacio público. «Además, por lo que vimos hasta ahora, aquel primer efecto llamada con el que vinieron más personas ilegales a vender en la calle se tranquilizó y ya no hay tanta gente de manera irregular en el Paseo», cuenta.

En cuanto al remedio que podría tener, este empresario entiende que no existen ni los milagros ni la magia. «Es muy complicado encontrar una solución porque, por un lado, la gente tiene ese instinto solidario de que más vale que vendan cosas a que delincan; pero el problema es que muchos de ellos trabajan para organizaciones que sí están delinquiendo y los tienen en condiciones de semiesclavitud», expone.

Por su parte, la responsable del área de comercio en el ayuntamiento de la capital, Flora Moure, afirma que no se trata de algo nuevo. «Nosotros trabajamos en coordinación con la Policía Local y se hacen periódicamente registros. Quizás en esta época de compras navideñas tengamos que reforzar más el trabajo si cabe», finaliza.

«El dinero que sacan es para subsistir, no por hacernos competencia desleal», defiende María de la Fuente que es dependienta en una tienda en la calle del Paseo. «Quizás se los podría regular habilitando una carpa o una zona para ellos, u ofreciéndoles cursos de formación e inserción laboral en otros sectores, pero tampoco creo que haya que demonizar lo que hacen porque si la gente compra menos es porque los sueldos no llegan, no por culpa del top manta», señala con cierta indignación.

 «También está la feria, así que sería injusto decir que vendemos menos por su culpa»

Los bolsos -de imitación o no- y las películas o discos de música piratas son una constante en estos puestos ambulantes. Sin embargo, las condiciones climatológicas hacen que la oferta de productos sea más variada y en estos días de frío se expongan también bufandas, guantes, gorros o paraguas los días de lluvia. Y los precios son bastante inferiores a los de los similares bienes en las tiendas de marca o franquicias: desde los siete euros de un fular hecho con lana, hasta los cinco de un paraguas.

Los propios vendedores itinerantes reconocen que estos días de frío venden más, pero que en verano la demanda cae. Además, la mayoría de pequeños comerciantes y empleados de las tiendas ubicadas en la calle del Paseo no ven en ellos una amenaza. «Habrá marcas a las que supongo que sí les afectará, como Carolina Herrera o Louis Vuitton, pero el cliente sabe qué quiere y dónde comprarlo. Si ya tienes muchos bolsos quizás prefieres uno barato por tener variedad, pero si prefieres gastarte el dinero en uno bueno y que te dure mucho, te lo compras original. Aunque si quieres algo barato también está la feria de los días 7 y 17 de cada mes. Así que sería injusto cargar en ellos la culpa del descenso de ventas», argumenta María de la Fuente.