urense inició la semana con una buena noticia financiera: la deuda con los bancos quedaba liquidaba. Siempre está bien no tener deudas pendientes con las entidades financieras. Se inicia el día de otra manera y es que pocos peros se le puede poner a la senda que inició el anterior gobierno del PSOE y que ha culminado el PP rebajando la deuda municipal que casi se situaba en los 50 millones de euros. Es cierto que el camino a este objetivo es inducido por la polémica Ley Montoro, pero también lo es que la situación en otros ayuntamientos es alarmante. Los más críticos aseguran que una administración local debe preocuparse de dar servicios y no de tener sus cuentas saneadas. Cierto, pero también lo es que un Concello endeudado hasta las cejas viviría en una inestabilidad que en nada ayudaría ni a prestar servicios ni a hacer política. Confiemos en que esta inyección de autoestima en el equipo de gobierno les sirva para dar de una vez por todas el empujón al presupuesto municipal. El mandato ya ha pasado el ecuador y el PP todavía no ha sido capaz de sentarse a negociar con la oposición un borrador de las cuentas. Es una situación que comienza a ser insostenible y para la que ya no valen excusas, ya sean vinculadas a la jubilación de un funcionario o a la falta de mayoría en el pleno. Sin ese documento base no se pueden planificar el pago de servicios básicos ni tampoco nuevas inversiones para la ciudad. Es la única forma que tiene el gobierno de asegurarse no estar pendiente de las modificaciones de crédito, que una y otra vez les tumban en el salón de plenos. Así que más les vale ponerse a negociar un acuerdo con la oposición.