Los taxistas ourensanos apoyaron las protestas pero no hicieron huelga

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

IAGO CORTÓN

Los conductores temen el uso de plataformas como Uber o Cabify en la ciudad

30 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los taxistas de Ourense se sumaron a los compañeros del resto de España para reclamar que las plataformas como Uber o Cabify cumplan con unas condiciones similares a las que ellos tienen. Pese a que en la capital el paro de la actividad fue puntual y no se llevó a cabo una huelga durante toda la jornada, consiguieron que se les escuchase haciendo sonar sus cláxones de forma conjunta por la ciudad.

Según el presidente de la asociación provincial de taxistas de Ourense, Francisco Javier Álvarez Pérez, el gremio está en clara desventaja frente a las empresas que ofertan sus servicios mediante aplicaciones móviles. «La flota de taxis de Ourense es de las mejores que hay y el sistema de radio y GPS también. Tenemos vehículos impecables, cobramos tanto con tarjeta como en efectivo, trabajamos para empresas y se pueden pedir coches con características determinadas para transportar mascotas grandes, sillas para minusválidos o equipajes grandes, basta con pedirlo por teléfono», argumenta.

Sin embargo, destaca que las exigencias para los VTC (como se denomina a los coches de alquiler con conductor) son mucho menores que para las licencias de taxi. «No podemos competir así y lo que pedimos es que además no se especule. Porque por 30 euros se consigue una licencia VTC que luego se revende por cifras que alcanzan los 50.000 euros en algunos casos -explica- sin embargo, una licencia de taxi no la puedes vender hasta que pasen cinco años».

Una de las características que más destacan los usuarios de los coches de alquiler con conductor es el excelente trato que dan al pasajero, que disponen de wifi e incluso de botellas de agua y que se puede saber el importe exacto del trayecto antes de realizarlo. «Con nosotros también se puede saber el importe del viaje, tanto si se le pregunta al taxista en la parada como si se llama por teléfono», defiende el presidente de la asociación, que lleva veinte años trabajando en el sector.

La diferencia de tarifas entre unas ciudades y otras a la hora de usar un VTC en lugar de un taxi es otro de los motivos que empujan a los usuarios de Uber o Cabify. Pero, según cuenta el presidente de la asociación, los precios están regulados. «En una ciudad grande el servicio tiene que ser un poco más barato, porque las distancias son más largas. Pero en lugares pequeños como Ourense se encarece para cubrir gastos. Aquí a veces tenemos que hacer jornadas de catorce horas para obtener beneficios. Los gastos fijos anuales implican el mantenimiento del vehículo, los impuestos, la cuota de autónomo en algunos casos, el seguro, el combustible y amortizar el coche», destaca. Y aunque ni en la aplicación de Uber ni en la de Cabify aparecen opciones de viajes en Ourense, Francisco Javier Álvarez mantiene que este servicio se ofrece. «Está en todas partes, en menor cantidad, no como en grandes capitales, pero claro que hay», afirma.

Tras la manifestación, los taxistas entregaron en la Subdelegación del Gobierno un escrito con peticiones para Fomento.

«Estamos en clara desventaja si no pagan impuestos»

Elías Núñez, taxista desde el año 1999, comparte las alegaciones de sus compañeros. Y aunque cree que aquí no es habitual el uso delos coches alquilados con conductor, teme que empiece a serlo en un futuro próximo. «Cuando algo empieza a ser de uso común en grandes urbes, rápidamente pasa a verse como normal en todos lados y Ourense no será la excepción», cuenta con resignación. Tampoco considera que los precios puedan influir en la proliferación de este medio de transporte alternativo. «Aquí la bajada de bandera está marcada para que podamos vivir, porque los recorridos son de pocos kilómetros», añade. «Y estamos en clara desventaja cuando ellos apenas pagan impuestos, eso también hay que regularlo».

«Mellor poñerlle remedio antes de que sexa peor»

«En Ourense aínda non hai moitos, pero tampouco fai falta que veñan e mellor poñerlle remedio antes de que o mal sexa maior», contesta Jesús Fernández, taxista que ejerce desde hace un año y medio en la ciudad. Su perspectiva es la misma que la de todos los trabajadores del gremio: la regulación para unos y otros debe ser la misma. «Suponse que as licencias para eses coches tiñan que ser de unha por cada trinta taxis e nalgúns casos estanse a dar unha por cada seis. Iso é un descontrol absoluto. En Ourense hai 106 licencias de taxis polo que só tería que haber catro VTC», sopesa desde su vehículo en la parada de San Lázaro.