«Me gusta que la gente tenga aquí una experiencia de compra diferente»

Después de mucho tiempo trabajando en el sector de la moda, Pilar López López decidió hace tres años dar el paso y montar su propio negocio. «Es algo que siempre había tenido ganas de hacer, así que me lancé; un día me vi ya contactando con proveedores que me iban a vender prendas, y yo ni siquiera tenía un sitio para el negocio», recuerda ahora. No había marcha atrás posible así que tuvo que buscar un local, pero no uno cualquiera. «No quería un bajo a pie de calle, sino algo más íntimo, que me diera la oportunidad de tratar con el cliente de una manera más directa», cuenta Pilar, que pretendía que su negocio recordase a aquellas tiendas de antaño, ubicadas en viviendas que se convertían en un showroom para las clientas.

Así que se puso a buscar un piso antiguo, algo que en una ciudad como Ourense no le resultó difícil. Y ahí nació Clothes&Co, ubicada en la segunda planta del número 23 de la rúa do Paseo. «Concebí la tienda como una vivienda; cada habitación con una disposición determinada, un tipo de prendas, haciendo que entre todas combinen como si fuera el armario de casa», explica. Sabe que con esta opción pierde mucho público de calle y le ha costado seguramente más que a otros negocios de este sector conseguir clientela, pero está contenta con su decisión. «Cuesta más llegar a la gente, pero lo genial es que cuando vienen a la tienda se encuentran tan cómodos que repiten y al final labras una relación con los clientes muy bonita, casi de amistad», relata, asegurando que «lo que buscamos es que la gente tenga una experiencia de compra diferente». Un trato al comprador con tiempo, mimo, y muy personalizado. Es el secreto del éxito de este negocio, que ha sabido sacar partido de una fórmula poco frecuente en el comercio actual, lleno de grandes espacios de venta en los que las posibilidades del trato personal son limitadas.

Y, ¿a qué se debe el nombre? «Le puse Clothes&Co porque aunque lo más fuerte que tenemos es la ropa, también tenemos muebles y lámparas que vendemos, como casi todo lo que hay en la tienda», explica la comerciante, que no descarta seguir ampliando el negocio en el futuro. «Mi idea es diversificar, ir creciendo hacia la decoración, a cosas no muy grandes, para que esto sea como un estilo de vida».

En marzo del 2018 la tienda cumplirá tres años de vida, y ya ha conseguido hacerse un hueco gracias a una clientela fiel. «Al principio me decían que estaba loca. En el 2015 las cosas no iban muy bien y yo iba a montar una tienda en un piso... la gente me decía que no tendría éxito, pero es sorprendente ver cómo gente que nunca ha venido a mi tienda me compra ropa a través de Instagram». Ella les envía fotos de las prendas y las clientas hacen la compra casi a ciegas, pero en un entorno de confianza total. «Para mí es una satisfacción enorme que me compren, porque al fin y al cabo no ven lo que les envías», destaca.

Para conseguir esos buenos resultados es clave contar con artículos de primera calidad y Pilar apuesta por las marcas gallegas, pero no renuncia a saltar fronteras si el producto lo merece. Así, vende joyas personalizadas que fabrica un maestro artesano catalán o, entre otras, prendas realizadas en Noruega. «Los noruegos tienen una relación calidad-precio en los productos muy buena y me encanta su patronaje, las prendas sientan fenomenal», explica. «Lo que intento es apostar siempre por producto de calidad, y si es nacional o gallego, mejor que mejor».

Contenta con la experiencia, reconoce no obstante que es duro comenzar. «Aún hoy hay gente que no sabe ni dónde estamos, pero para mi el balance es positivo. Me gusta lo que hago y la relación con el cliente». La venta online supone el 30 % de todo su negocio y, precisamente, por su capacidad de fomentar las operaciones comerciales a través de redes sociales el proyecto Clothes&Co ha ganado este año uno de los premios Smart Commerce, que concede la Consellería de Economía. «Hemos logrado a través de las redes sociales atraer al cliente y darle nuevas opciones de compra», dice Pilar.

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