No es necesario ser vidente ni tan siquiera un reputado politólogo para aventurar que la negociación política sobre el PXOM de Ourense será áspera. Al gobierno del PP no le resultará nada sencillo encontrar los aliados que necesita para sacar adelante un documento en pleno, que necesitaba el voto de la mayoría absoluta; es decir de al menos 14 de los 27 ediles. A los de Jesús Vázquez les faltan cuatro. Los tres de Ourense en Común, por tanto, ni le llegarían ni espera tenerlos, toda vez que sus críticas sobre el modelo urbanístico que ha modulado el PP en el documento no convencen, ni mucho menos a la marea. El PSOE parecía al principio del mandato el socio propicio, toda vez que el plan se conoció durante muchos años como el plan de Áurea Soto, exedila socialista de Urbanismo. Vázquez Barquero, sin embargo, se desmarcó rotundamente del documento al asegurar que se hizo un «cambiazo» del que se aprobó inicialmente en el pleno en 2013, con los votos favorables de PSOE y BNG. El PSOE es especialmente crítico con las variaciones realizadas en el proyecto de la estación intermodal que, a su juicio, desvirtúan el plan. Tampoco están de acuerdo con el centenar de pequeñas variaciones realizadas por el PP, en trabajo con el equipo redactor, y que justifican por peticiones de diferentes colectivos.
El calendario oficial de reuniones arranca mañana, miércoles, con Democracia Ourensana. El principal partido de la oposición es el único que hasta el momento ha mostrado voluntad negociadora. Eso sí, su portavoz Gonzalo Pérez Jácome ha dejado entrever que serán exigentes en sus peticiones. Entre otras cuestiones quiere acabar con los supuestos «pelotazos» y que se incluya el parque acuático en Oira. El PP, por el momento, prefiere trabajar con discreción a la búsqueda de acuerdos. Fuera del ámbito político, el colectivo empresarial mantiene su presión para que se apruebe cuanto antes.