La Policía Autonómica denunció a 25 locales por venta de alcohol a menores

M. R. / R. N. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

En lo que va de curso realizaron casi medio millar de inspecciones en la provincia

03 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todas las semanas, agentes del Grupo de Menores de la Policía Autonómica -que es una Unidad Adscrita de la Policía Nacional- realizan en Galicia numerosos controles para inspeccionar si se vende alcohol o tabaco o si hay consumo de estas sustancias entre jóvenes menores de 18 años en locales públicos. Se llevan a cabo bajo el amparo de la ley de prevención de bebidas alcohólicas en menores, que está vigente desde el año 2010.

Según los datos recogidos hasta el 30 de octubre, en la provincia se tramitaron 25 denuncias por venta de alcohol a menores, veinte de ellas en Ourense capital, dos en Verín, y una en O Carballiño, San Cibrao das Viñas y Coles. Por venta de tabaco a jóvenes de menos de 18 años solo hubo una denuncia, que afectó a un vendedor de la ciudad.

A lo largo de este año 2017, la Policía Autonómica llevó a cabo en la provincia de Ourense 136 dispositivos, en los que se realizaron casi medio millar (492) de inspecciones relacionadas con el consumo o venta de alcohol y tabaco a menores, según los datos facilitados desde la Consellería de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza. Más de la mitad de ellos, 79, se hicieron en la capital ourensana y el resto se repartieron entre treinta concellos de la provincia. En algunos de los municipios más poblados, como Verín, O Carballiño o Barbadás, se establecieron cinco dispositivos de este tipo este año, mientras que en Xinzo de Limia o Ribadavia hubo cuatro y en villas como O Barco o Celanova, solo uno, número similar al de los concellos más pequeños en los que también hubo controles en este ejercicio.

En el marco de estos dispositivos se realizaron 52 denuncias por parte de la Policía Autonómica por el consumo de alcohol, 37 en Ourense ciudad, seis en Barbadás, cinco en Verín y cuatro en O Carballiño. A lo largo de este año, la policía identificó a 350 personas en estos dispositivos de control, la mayor parte de ellas en la capital.

Por consumo de tabaco entre menores hubo siete denuncias efectuadas por la Policía Autonómica en lo que va de año, tres en Coles, otras tantas en Verín y una en la ciudad.

La mitad de los multados por beber en la calle hicieron un curso

El botellón y el consumo de alcohol por parte de menores en la ciudad de Ourense es un problema todavía pendiente de resolver. Sin alcanzar las cuotas de asistencia masiva de jóvenes de la década pasada, lo cierto es que cada fin de semana o víspera de festivo -en especial durante los meses de verano- los lugares habituales de botellón acogen a un reguero de jóvenes que se citan en ese espacio para consumir alcohol en la calle. Según los datos facilitados por el Concello de Ourense, la actividad de vigilancia realizada por la Policía Local en la ciudad ha dado lugar a un total de 43 denuncias a menores por consumir alcohol en la calle. Más de la mitad de los sancionados (22) aceptaron cambiar la multa por la realización de un curso municipal denominado Escolle. Esta iniciativa busca alejar a los jóvenes de los hábitos y conductas relacionados con el alcohol. Durante los últimos tres años atendió a un total de 95 menores. De ellos, 59 eran mujeres y 36 hombres. La media de edad de los participantes fue de 16,88 años.

La participación en este programa municipal va en aumento. De los 31 asistentes en el 2015 se pasó a 42 en el 2016, mientras que en el primero de los dos cursos previstos para este año acudieron 22 personas. Desde el gobierno municipal se entiende que este tipo de concienciación es básica para atajar un problema que está muy enraizado en la sociedad española.

Históricamente el botellón en Ourense ha estado vinculado a la Alameda. Ni tan siquiera las obras para el traslado provisional de los placeros a la zona ha frenado la presencia de jóvenes durante los fines de semana para consumir. No se trata, sin embargo, del único espacio localizado en la capital en el que los jóvenes, muchos de ellos menores, se reúnen para consumir alcohol durante las noches de los fines de semana. El parque de las Zapatillas, en el barrio de San Francisco, ha sido y continúa siéndolo otro de los referentes del botellón en la ciudad. A finales de la década pasada, el Concello de Ourense acabó con otro de los espacios habituales para el consumo de alcohol en la calle: la praza de As Mercedes. La presión vecinal, sumada a la de los hosteleros de la zona, hizo que incluso se llegara a acordonar un espacio que acogía botellones multitudinarios. El relevo en la zona histórica lo ha cogido en los últimos tiempos la praza do Trigo.

La ley gallega constataba un incremento de las intoxicaciones etílicas

La normativa gallega exige a los establecimientos que señalicen claramente las limitaciones al consumo, como es el caso de la prohibición para los menores de edad, con carteles homologados para establecimientos y máquinas expendedoras y que son de carácter permanente y han de estar colocados a la entrada del establecimiento y han de ser bien visibles. La ley, en sus principios, estipula que se busca una «regulación mutua», pero también establece sanciones por su incumplimiento, que pueden ser muy altas en lo económico según la gravedad, reiteración o intencionalidad del hecho pero que también se pueden sustituir las multas por trabajos para la comunidad.

Las inspecciones de la Policía Autonómica buscan controlar que se cumpla esta normativa, que se aprobó tras constatar el incremento de los casos de intoxicaciones etílicas, sobre todo entre jóvenes, en nuestra comunidad autónoma. El preámbulo de la ley se aludía a que el 25 % de los 800 casos que anualmente atendían los servicios de emergencias por consumo abusivo de alcohol correspondían a menores de catorce años.