Una joya olvidada que alcanzó su esplendor a finales del siglo XIX

r. n. p. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

24 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El antiguo balneario de As Caldas, por más que ahora no haya ni rastro de él y el estado de la zona sea deplorable, ha sido y es un referente para cientos de familias ourensanas que acuden a sus aguas en busca de remedios para sus enfermedades relacionadas con la piel. Estaba situado aproximadamente en la zona entre las actuales torres del Pino y la orilla del río Miño. Hacia finales del siglo XIX contaba con un edificio con quince pilas, sala de duchas, habitaciones en alquiler con muebles o vacías, fonda y jardines, tal y como recoge documentación sobre la época. Entre los usuarios que acuden allí a diario se busca remedio, entre otras enfermedades, para la cicatrización de heridas relacionadas con operaciones de ojos, por ejemplo, o para poner freno a molestias dentales como la gingivitis. Estos baños termales fueron prescritos por el médico de la Beneficiencia Municipal de Ourense, el facultativo Luis Porto Porto.

La ausencia de mantenimiento, los malos accesos y la falta de indicación convierten al antiguo balneario de As Caldas en un lugar poco transitado y alejado del bullicio que se vive en manantiales próximos, como el de O Tinteiro, que tras las últimas reformas se ha convertido en el lugar de referencia para las personas que buscan las propiedades curativas de las aguas termales. Menos que ver aún con el trajín de las instalaciones con un enfoque más lúdico que se encuentran salpicadas por las riberas del río Miño en A Chavasqueira, Outariz y el Muíño da Veiga.